Cuando pensamos que no se puede ir a peor, el listón de la inmoralidad se hunde aún másEl mundo esta en guerra. Una guerra cruenta que tiene su centro neurálgico en Siria. Nadie se libra del fuego, de las bombas, de la artillería. Ni los hospitales, ni siquiera la ayuda humanitaria que la ONU está intentando hacer llegar a las víctimas.
Un convoy humanitario de la ONU y la Media Luna Roja ha sido bombardeado. Miles de civiles se han quedado sin ayuda humanitaria y 20 civiles y un empleado de la Media Luna Roja han fallecido. 18 de los 31 camiones que transportaban alimentos y medicinas han sido destruidos.
No es el primer ataque que se realiza contra elementos humanitarios. 19 hospitales de Médicos Sin Fronteras han sido atacados. El hambre, la salud, las infraestructuras médicas están siendo utilizadas como arma de guerra. De momento, hasta la ONU ha decidido suspender el envío de ayuda a Siria tras el ataque al convoy.
Su secretario general de la ONU, Ban Ki-moon tenía duras palabras en su discurso de apertura de la Asamblea General que se están celebrando: “Los trabajadores humanitarios que entregaban ayuda eran héroes. Aquellos que les bombardearon son cobardes”, calificado el bombardeo como ““repugnante, salvaje y aparentemente deliberado”. “Justo cuando pensamos que no se puede ir a peor, el listón de la inmoralidad se hunde aún más”.
Bombardeo a un centro de asistencia médica
Los bombardeos y las muertes no paran. Cinco trabajadores sanitarios murieron hoy en un bombardeo de aviones no identificados informa el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La Unión de Atención Médica y Organizaciones de Asistencia señaló en su página de Facebook que cinco empleados de esa instalación sanitaria en el pueblo de Jan Tuman, en el sur de Alepo, perdieron la vida durante un ataque.