Una nueva oportunidad laboral para mujeres golpeadas por el terremoto de Ecuador Cecilia Castillo se dedicaba a trabajar en empresas que procesan pescado, casas de alimentación y hasta realizaba tareas de limpieza. Madre de cinco hijos, debía laborar para colaborar en el mantenimiento de su familia.
Pero el 16 de abril de este año su vida cambió para siempre. El terremoto de 7.8 en la escala de Richter que azotó Ecuador -con epicentro en zonas costeras como Manabí y Esmeraldas- también sacudió los cimientos de su vida.
Su casa quedó destruida por completo debido al fuerte temblor. Esto la obligó a ponerse de pie y salir adelante a como diera lugar. Al igual que Cecilia, otras mujeres de la región atravesaron una experiencia similar perdiendo sus medios de vida.
Sin embargo, una propuesta que al principio les pareció un tanto extraña, se terminó transformando en una nueva oportunidad para rehacer su vida.
Empezó a recibir capacitación en el campo de la albañilería. Fueron 120 horas donde aprendió las técnicas de la construcción, entre ellas, por ejemplo, levantar columnas. El fin tuvo que ver con la reedificación de parte de la estructura del Centro de Rehabilitación Social (CRS) ubicado en la localidad de Portovejo.
Todo se dio gracias a un convenio firmado entre la empresa de construcción Isaba, el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos de Ecuador, además de ONU Mujeres, reproduce El Telégrafo de Ecuador.
Actualmente Cecilia forma parte de una escuadrilla de 12 mujeres albañiles, quienes recientemente firmaron un contrato de trabajo y con beneficios sociales.
Entre ellas también está Karina López, quien expresó de forma contundente a ese medio el agradecimiento por el apoyo recibido. “No vamos a defraudarlos, somos luchadoras y vamos a salir adelante”, sostuvo.
En tanto, a nivel de los responsables de la iniciativa también se destacó el nuevo camino que emprenden estas mujeres.
“Esta es una demostración de que para las mujeres no hay límites cuando se trata de enfrentar los desafíos que se nos presentan”, expresó Ledy Zúñiga, ministra de Justicia, Derechos Humanos y Cultos de Ecuador.
La ministra coordinadora de Desarrollo Social de Ecuador, Gabriela Rosero, también destacó el hecho en el sentido que desde la situación de emergencia que se generó tras el terremoto hubo un trabajo incansable de parte de las autoridades para “mejorar la vida de las personas damnificadas y hacer más llevaderas sus circunstancias”.
Finalmente, de parte de ONU Mujeres, se hizo énfasis en la importancia de este proceso debido a que se refiere a la igualdad de oportunidades. “Las mujeres manabitas, sin duda, harán la diferencia”, consideró.
Cecilia, al igual que el resto de las mujeres de este programa, seguramente nunca imaginó que terminaría trabajando como albañil. Pero con mayor seguridad menos se había a detenido a pensar que en un minuto su vida podía cambiar para siempre. Eso sí, la lección que sin dudas aprendió muy bien es que a pesar de los pesares el levantarse y seguir adelante es la única alternativa. Hoy reconstruye una cárcel, pero, por encima de todo, su vida.