319 cuerpos tirados en los grandes desiertosLa muerte, silenciosa, anónima, desgarradora, sigue cobrando su cuota en la frontera entre México y Estados Unidos. Hasta fines de agosto de este año la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, ha contado 319 cuerpos tirados en los grandes desiertos, a la intemperie, sin una mano que les ayude siquiera a bien morir.
El drama de la migración centroamericana continúa. Aunque Protección Fronteriza también aduce muertes en la frontera con Canadá, lo cierto es que es la mexicana la que más altas cotas de muerte está generando.
Tan solo entre Brownsville y Zapata, en Texas, se han contabilizado 197 cadáveres; más aún, en el desierto entre Río Grande Valley y Laredo.
Durante el año fiscal 2015 la Patrulla Fronteriza registró 240 fallecidos. Cabe señalar que el año fiscal estadounidense inicia el 1 de octubre y finaliza el 30 de septiembre del año siguiente.
Por lo que el número de muertos, desgraciadamente, será mayúsculo este año fiscal 2016.
“Las cifras que entrega la Patrulla Fronteriza corresponden a restos de personas que no sabemos cuándo murieron”, dijo a la cadena Univisión Kat Rodríguez, del Centro Colibrí, una organización de Tucson, Arizona, que trabaja en la construcción de un banco de ADN para identificar y contabilizar a los desaparecidos y muertos en la frontera entre México y Estados Unidos.
“El problema de esos números es que se trata de restos recuperados. Y muchos son solo huesos, no se trata de inmigrantes que murieron durante el año fiscal que termina ahora. Puede que hayan fallecido el año pasado o hace 10 años”, agregó Rodríguez quien apuntó que tampoco hay datos de dónde fueron hallados los cuerpos o restos. “Puede que sea de zonas cercanas a la frontera y no de lugares apartados. Es en las zonas aisladas donde se halla más muertos”.
El Centro Colibrí está creando este banco de datos –mismo que espera concluir en tres años—para ayudar a identificar unas 3,400 personas que permanecen en calidad de extraviadas en la frontera y en el interior de Estados Unidos. Por lo que no se sabe a ciencia cierta cuántas cruces habría que poner en esos valles de la muerte.
Al respecto, Rodríguez agregó: “lo cierto es que nadie, solo Dios sabe cuántos han muerto en la frontera”.
Con información de Univisión