La verdadera doctrina no es el férreo cumplimiento de la ley que encanta como las ideologías, sino que es la revelación de Dios que se deja encontrar todos los días por los que están abiertos al Espíritu Santo. Lo dijo el papa Francisco en la Misa celebrada en la Casa Santa Marta del Vaticano.
En la Biblia se habla del Espíritu Santo: es “el gran don del Padre”, afirma el papa Francisco. Es la fuerza que hace salir a la Iglesia con valentía hasta que llegue el fin de los tiempos.
El Espíritu es “el protagonista de este caminar hacia adelante de la Iglesia”. Sin Él, está “la cerrazón, el miedo”.
3 posibles comportamientos con el Espíritu Santo
El Papa indica tres comportamientos que podemos tener con el Espíritu.
1Creernos justificados por cumplir la ley
El primero es el que san Pablo reprende a los Gálatas: el creerse justificados por la ley y no por Jesús “que da sentido a la Ley”.
Por eso eran tan estrictos. Son los mismos que ataban a Jesús y que el Señor llamaba “hipócritas”.
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2Entristecer al Espíritu con nuestra mediocridad
El segundo comportamiento es entristecer al Espíritu Santo: sucede “cuando no dejamos que Él no inspire, nos lleve adelante en la vida cristiana”, cuando “no dejamos que Él nos hable, no con la teología de la Ley, sino con la libertad del Espíritu, qué debemos hacer”.
Así, explica el Papa, “nos hacemos tibios, caemos en la mediocridad cristiana”, porque el Espíritu Santo “no puede hacer su gran obra en nosotros”.
3Abrirnos al Espíritu y dejar que nos lleve adelante
La tercera actitud, sin embargo, “es abrirse al Espíritu Santo y dejar que el Espíritu nos lleve adelante.
Es lo que hicieron los Apóstoles: la valentía del día de Pentecostés. Han perdido el miedo y están abiertos al Espíritu Santo”: