Recientemente, dedicamos un artículo a Gregorio XIII, el Papa que hizo “desaparecer” 10 días del calendario, al cambiar el calendario Juliano por uno que fuese capaz de superar ciertas inconsistencias.
Estas tenían que ver con la no coincidencia del calendario litúrgico y ciertos fenómenos astronómicos, y causaban que las fechas santas se celebrasen cada vez más tarde. En el ajuste, se “perdieron” diez días, como explicamos en esta nota, basada en un artículo recientemente publicado por el ABC de España.
Mundialmente, el 23 de abril se celebra, el Día del Libro porque coincide con la fecha de muerte de Shakespeare y de Cervantes, supuestamente el 23 de abril de 1616.
Si bien Miguel de Cervantes murió el 22 de abril, fue enterrado el día 23, y ese día quedó registrado en la historia como el de su fallecimiento.
Pero el detalle está en que, precisamente por la variación del calendario Juliano al Gregoriano, William Shakespeare realmente murió diez días después que Cervantes, el 3 de mayo. En Inglaterra, que no había aún adoptado el calendario juliano, la fecha era aún el 23 de abril.
Lo mismo sucede con la tradición que señala que Newton nació el mismo día en el que murió Galileo. Si bien ambos hechos ocurrieron en 1642, el célebre astrónomo italiano murió en Arcetri el 8 de enero de acuerdo al calendario gregoriano.
El físico inglés nació en las primeras horas del 25 de diciembre de 1642 pero, nuevamente, según el Juliano. De acuerdo al calendario gregoriano, Newton habría nacido el 4 de enero de 1643.