La polémica en torno a la muerte del cura argentino se mantiene encendida Mientras continúa la investigación por la muerte del padre Juan Viroche, quien apareció ahorcado en su parroquia de La Florida, Tucumán, en las redes sociales se leen decenas de mensajes de apoyo al padre Juan y al silenciamiento de su obra.
Algunos se animan a desmentir públicamente la hipótesis del suicidio, como su sobrina Gisela, quien en un programa televisivo fue categórica: “Mi tío no se suicidó, lo mataron. Luchaba por su vida, por la vida de los demás. Un joven se acercaba al ataúd y le decía que le debía la vida a él y que no sabía cómo iba a hacer ahora. Mi tío había descubierto cómo era la transacción y la circulación de la droga”.
Para la sobrina, que habló con el programa Periodismo Para Todos, “Hay muchos intereses de por medio, mi tío defendía a la gente del narcotráfico, de la inseguridad y de la trata de personas. Era sabido que iban a tratar de ensuciarlo, acá no estamos hablando de la vida personal de mi tío sino de su lucha”.
Ayer, el fiscal que investiga la causa, Diego López Ávila, confirmó que en el teléfono del padre Viroche se detectaron amenazas recibidas por el cura días antes de su fallecimiento. Según el diario La Gaceta, el fiscal, que inicialmente parecía rechazar cualquier hipótesis que no sea la del suicidio, aseguró: “Así como antes sólo teníamos indicios de que se podría haber tratado de un suicidio, con estas pruebas vamos a profundizar la línea del homicidio. Tampoco podemos desechar la posibilidad de que el sacerdote haya decidido o que haya sido inducido a quitarse la vida”.
Durante el día de ayer, se suscitó una inesperada polémica por un abogado y un legislador de Buenos Aires que se habrían presentado en Tucumán como “enviados del Papa” para interiorizarse sobre la investigación, según difundió la prensa local. Se trata del abogado Mario Baudry y el legislador y dirigente de la fundación La Alameda Gustavo Vera.
El mismo Arzobispado de Tucumán, a través del Nuncio Apostólico, quien consultó con el Papa Francisco, desmintió que estas personas tengan un mandato del Papa tanto para hacer las averiguaciones como para convocar a una manifestación. Según declararon a La Gaceta Vera y Baudry, “del Papa como institución no, como Jorge Bergoglio sí somos enviados”.