El lecho de muerte del papa Pacelli también sirvió como reclinatorio para traer a la vida a 40 niños. Muchos de ellos fueron bautizados con el nombre de Eugenio y llamados “los hijos del Papa”.
Pío XII murió en 1958 en la habitación principal del apartamento pontificio del Palacio Apostólico de Castelgandolfo, ubicado a unos 26 kilómetros de la Ciudad del Vaticano.
Recientemente, las puertas de los aposentos veraniegos de los Papas se abrieron al público por voluntad de papa Francisco.
El director de los museos vaticanos, Antonio Paolucci, durante la presentación a la prensa el 21 de octubre, reveló que en la habitación predispuesta por entonces para uso del papa Eugenio Pacelli se autorizó que dieran a la luz varias mujeres prófugas protegidas por el pontífice durante la Segunda Guerra Mundial.
El 22 de enero de 1944, las fuerzas militares nazi fascistas aterrorizaban a la población civil, mientras que la ciudad costera de Anzio era la meta del desembarco del ejército de los Estados Unidos en Italia. Así, una parte de la región italiana del Lacio se convirtió en campo de batalla.
Por ende, los refugiados de la zona buscaron y encontraron un lugar seguro en las Villas Pontificias.
Se calcula que hasta 13.000 personas encontraron refugio en aquel período y allí permanecieron hasta la liberación de Roma, el 4 de junio de 1944.
El apartamento papal fue cedido a las madres que estaban por alumbrar. De esta manera, en esos días de guerra, allí pudieron nacer decenas de infantes en la habitación con ventanas que dan hacia una franja azul en el horizonte debido al lago de Albano que aparece de frente y el bosque verde que lo abraza.
A los próximos turistas que podrán visitar la Villa Pontificia y la habitación de los papas, donde falleció también Pablo VI en 1978, el director Paolucci sugirió: “Asómense desde la terraza y van a ver la pura belleza, el milagro de la naturaleza”.
En ese mismo espacio hay una Virgen con el Niño, un armario, un escritorio de madera y el retrato del papa Gregorio.
El presidente de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano, el cardenal Giuseppe Bertello, aseguró: “No se ha tocado nada ni modificado nada en el aposento, para que los visitantes puedan ver y saborear la cotidianidad, generalmente tranquila, de los Pontífices en el lugar en donde vivían durante el verano”.
El aposento se relaciona con la historia de 33 Papas, pero solo 15 de ellos se alojaron allí. Empezando por Urbano VIII: las primeras vacaciones oficiales comenzaron el 10 de mayo de 1626.
El último que transcurrió sus días veraniegos allí fue el papa emérito Benedicto XVI. El 28 de febrero de 2013, Joseph Ratzinger dejó el Vaticano en helicóptero después de haber renunciado al pontificado. Cuando los portones del Palacio se cerraron comenzó la sede vacante.