El persa Nasir Al-Din Tusi ya explica en uno de sus tratados los mecanismos de variabilidad hereditaria
Nasir Al-Din Tusi fue quizá uno de los más prolíficos intelectuales persas. No sólo ejerció como arquitecto, astrónomo, químico, matemático, filósofo, físico, médico, biólogo y teólogo sino que, además, es considerado entre los musulmanes chiítas como un “Marja Taqlid”, es decir, como un modelo de hombre recto y religioso que merece ser imitado.
De sus 150 trabajos, 25 están escritos en farsi y los demás en árabe, aunque hay algunos otros escritos a la vez en farsi, árabe y turco, y cubren lo mismo temas religiosos y no religiosos. De hecho, varios de estos son traducciones, comentarios y versiones de los textos de Euclides, Arquímedes y Ptolomeo, entre otros.
En uno de estos 150 tratados, el Akhlaq-i-Nasri, Tusi propone una interesante teoría de la evolución que, en más de una manera, recuerda a la de Darwin.
Tusi señala que, en un principio, el universo estaba compuesto de elementos similares que fueron generando contradicciones internas que permitieron que algunas sustancias se desarrollaran de una forma y otras, de otra. Así, Tusi explica la diferenciación natural que habría hecho que algunos elementos formaran minerales, otros vegetales y otros tantos animales y, finalmente, seres humanos, postulando la existencia de un mecanismo de variabilidad hereditaria, según se lee en esta transcripción publicada en TheVintageNews:
“Los organismos que pueden adquirir estas nuevas determinaciones de una manera más rápida son más adaptables. Como resultado, ganan ventajas sobre otras criaturas. Sus cuerpos cambian como resultado de contradicciones internas y externas”.
Más aún, Tusi señala los mecanismos que permiten a los organismos adaptarse a sus ambientes, permitiendo la supervivencia del más apto:
“Mira el mundo de los animales y las aves. Tienen todo lo que es necesario para la defensa, la protección y la vida diaria, incluyendo las fortalezas, el valor y las herramientas apropiadas [órganos] […] Algunos de estos órganos son armas reales, […] Por ejemplo, los cuernos son lanzas; dientes y garras son cuchillos y agujas; pies y pezuñas son garrotes. Las espinas y agujas de algunos animales son similares a las flechas. […] Los animales que no tienen otro medio de defensa (como la gacela y el zorro) se protegen a sí mismos huyendo con astucia. […] Algunos de ellos, por ejemplo, abejas, hormigas y algunas especies de aves, se han unido en comunidades con el fin de protegerse y ayudarse unos a otros”.