La situación preocupa a los pobladores y el tiempo para los debates es cada vez menorAlalay es una laguna boliviana ubicada en la región de Cochabamba y considerada “irremplazable” para muchos por lo que representa. Desde hace varios años vive una crisis ambiental sin precedentes que tiene a mal traer a los pobladores locales y pone en jaque al ecosistema.
Es que la laguna se está secando –su profundidad es menor a medio metro y en algunos lugares ya no hay agua- y las acciones para contrarrestar los efectos negativos se hacen urgentes.
A esto se suma la contaminación, que provoca que los niños sean unos de los grupos más afectados debido al fuerte olor que se puede sentir. Los educadores de la zona comentan que ya es recurrente el caso de estudiantes con náuseas, además de otras dolencias.
La presencia de cianobacterias que generan una toxina peligrosa son las que generan la contaminación. A raíz de esta situación también se generó polémica, pues las autoridades locales se negaron a pedir la declaratoria de desastre natural en la laguna, algo que ayudaría a generar una alerta para disponer de más recursos destinados a tratar de salvar a la laguna.
“Las instituciones no pueden seguir mirando de palco cómo muere la laguna Alalay. Ya se declaró emergencia municipal, pero no se han visto mejoras a la fecha. Entonces, con la declaratoria de desastre se solicitarían recursos a la Gobernación y el elemento técnico para afrontar el problema que no puede hacerlo sólo el municipio”, expresó a Los Tiempos de Cochabamba el único concejal que votó a favor de la iniciativa, Edwin Jiménez.
Pero la negativa viene por el lado de recursos y el destino de otros que habían sido presupuestados para tales fines que no se ejecutan aún. Se solicitó también colaboración del gobierno central, que está trabajando en el tema de contrarrestar el avance de la sequía en el uno de los lagos más emblemáticos de Bolivia que también se está secando: el lago Titicaca.
En este último caso, la atención brindada desde hace tiempo se ve reforzada por lo que significa este curso de agua no solo para el país, sino para la región y el mundo entero, pues se trata del lago navegable más alto del mundo ubicado a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar.
Como parte de la acción para el lago Alalay se continuará en proceso se encuentra el dragado de la laguna, algo que se viene haciendo desde hace tiempo.
La incidencia de las faltas de lluvias y los efectos del cambio climático se hacen sentir con mayor fuerza en Bolivia a medida que pasa el tiempo. Mientras tanto, las voces que piden cambios de enfoques y rápida acción van en aumento. De momento, resta esperar que la laguna Alalay no siga los pasos del Titicaca.