Uno de los salmos más tiernos de la Biblia[protected-iframe id=”c3a65128e277625966660f8bcdffc316-95521297-92544409″ info=”https://www.facebook.com/plugins/video.php?href=https%3A%2F%2Fwww.facebook.com%2FDailyMail%2Fvideos%2F1424543397605404%2F&show_text=1&width=560″ width=”560″ height=”429″ frameborder=”0″ style=”border:none;overflow:hidden” scrolling=”no”]
¡Oh! Señor, mi corazón ya no es ambicioso,
ni mis ojos se han vuelto altaneros.
No he pretendido grandes cosas
ni he tenido aspiraciones desmedidas.
No, yo aplaco y modero mis deseos:
como un niño amamantado en brazos de su madre,
así está mi alma dentro de mí.
Espere Israel en el Señor, desde ahora y para siempre (Sal 131).