A mayor desigualdad y más corrupción el crecimiento de un país se estancaFundada en 1961, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) agrupa en la actualidad a 34 países miembros y su misión es “promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo”.
Llamado también el “club de los países ricos”, la OCDE acaba de publicar un estudio en el cual pone en evidencia que Chile, México y Estados Unidos tienen la mayor desigualdad en el ingreso de los países miembros de la organización.
El coeficiente de Gini, una medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Corrado Gini -que normalmente se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos, dentro de un país, pero puede utilizarse para medir cualquier forma de distribución desigual- es lo que utiliza la OCDE para emitir su informe anual sobre las desigualdades en su seno.
El Gini –concretamente usado por la OCDE– mide la distribución del ingreso. Su cercanía al número uno indica mayor desigualdad y al cero, obviamente, mayor igualdad de ingreso. En este caso, las mayores desigualdades fueron las de Chile con 0.465, México que registró 0.459 y Estados Unidos donde resultó ser de 0.394.
Por el contrario, Islandia, Noruega y Dinamarca registraron las mejores cifras con coeficientes de 0.244, 0.252 y 0.254, respectivamente, calificando como los países con menor desigualdad dentro del “club de los países ricos”.
Para la OCDE, el dato es importante, sobre todo porque demuestra, una vez más que a mayor desigualdad y más corrupción el crecimiento de un país se estanca, como ha sido el caso de estos tres que han liderado la deshonrosa tabla de la desigualdad en el seno del organismo multilateral.
El informe de la OCDE reveló además que la desigualdad de los ingresos sigue en niveles sin precedentes en muchos países, a pesar de la disminución del desempleo y de la mejora de las tasas de empleo. En tanto, los hogares de mayores ingresos se beneficiaron más de la recuperación de la economía global, que aquellos con ingresos medios e inferiores.
El organismo destacó entre otras cosas, que la desigualdad de ingresos se mantiene en un nivel récord en la mayoría de los países que lo integran, y la recuperación de la situación económica desde 2010 no se ha traducido en una disminución de la disparidad entre los hogares más ricos y los más pobres.
De igual manera, señala que mientras los ingresos del 10 por ciento más rico de la población se recuperaron rápidamente tras la crisis, los del 10 por ciento más pobre apenas han crecido.
La OCDE apuntó que en los países desarrollados, entre 2007 y 2010 la renta real media de los hogares reculó el 2.1 por ciento, con una caída más marcada en los más pobres (5.3 por ciento) que en los más favorecidos (3.6 por ciento).
Desde entonces, la mayor recuperación en los ingresos más elevados (2.3 por ciento) y la débil mejora en los otros (1.3 por ciento) ha agudizado las desigualdades.