El Pontífice que quería ser misionero en Oriente recibe al director de cine que narra la persecución de un grupo de jesuitas en JapónEl papa Francisco recibió al director de cine Martin Scorsese en una audiencia privada este miércoles 20 de noviembre en la mañana (8:45) en el Palacio Apostólico del Vaticano, antes de la audiencia general, según informó la Oficina de Información de la Santa Sede.
El Pontífice, que se hizo jesuita para ser misionero en Japón, contó a Scorsese que ha leído Silencio, el libro que ha inspirado su última obra cinematográfica; por ende habló de la “semilla” de los jesuitas en Japón y del “Museo de los 26 mártires”.
El director estadounidense se encuentra en Roma promocionando su nueva película, Silence (Silencio) una adaptación de la novela de 1966 del escritor japonés Shusaku Endo que narra la persecución de un grupo de jesuitas en Japón del siglo XVII, interpretado por Andrew Garfield, Adam Driver y Liam Neeson.
Quince minutos duró el “encuentro cordial” entre Francisco y el director de cine premio Oscar, quien estuvo acompañado por su esposa y sus dos hijas, junto al productor mexicano Gastón Pavlovich y su esposa. Dario Edoardo Viganò, prefecto de la Secretaría de la Comunicación vaticana, acompañó a los huéspedes dentro de la ciudad leonina.
Por su parte, Scorsese donó a Francisco dos cuadros relacionados con el tema de los “cristianos escondidos”. Según la Oficina de Prensa de la Santa Sede, las obras representan una imagen muy venerada de la Virgen de Nagasaki, obra de un artista japonés del siglo XVIII. El Papa regaló rosarios a los visitantes.
Una visión privada de la película sin la presencia del Papa- tendrá lugar en el Vaticano el jueves 1 de diciembre con cientos de jesuitas e invitados, dijo la oficina de prensa.
La película, que tiene como fondo el cristianismo que llegó a Japón en 1549, será estrenada en Estados Unidos el 23 de diciembre y en Europa el 12 de enero.
Es una historia llena de mártires y sangre. San Francisco Javier es el jesuita que ha dejado una secuela en el País del sol naciente; después de dos años de su partida había tres mil cristianos japoneses.
Tras cuarenta años el número aumentó exponencialmente a doscientos mil; a partir de entonces el cristianismo se convirtió en una amenaza para el poder y comenzó la persecución.
Las comunidades cristianas sufrieron una persecución brutal y conmovedora la cual fue representada por el escritor cristiano japonés Shusaku Endo en su novela provocadora, Silencio, ahora llevada a la gran pantalla.
Endo se basó en las historias orales de las comunidades católicas japonesas, además porque existen pocas fuentes de información sobre lo ocurrido a los cristianos en los siglos XVII y XVIII. La fe fue creciendo en secreto, por ello la referencia al silencio.
A través de siglos de persecución brutal, y sin ningún apoyo de Occidente, las puertas del infierno todavía no habían prevalecido en contra del cristianismo japonés.