Libro muestra el impacto que la adopción tiene en nuestras vidas¿Qué tienen en común Nancy Reagan, Steve Jobs, Babe Ruth, Leo Tolstoy y John Hancock, además de que son famosos? Que todos fueron adoptados. Y sus adopciones no fueron hechos secundarios ni dañinos, sino elementos transformadores que tuvieron una función positiva y crucial en sus logros y triunfos.
En su último libro, Chosen for Greatness, How Adoption Changes the World [Elegido para la grandeza: cómo la adopción cambia el mundo], el escritor Paul J. Batura demuestra de qué forma la adopción ha influido y reformado el mundo de maneras que la mayoría de nosotros desconoce.
Ilustra su argumento con 16 historias biográficas de personas famosas, tanto vivas como fallecidas, y culmina con la historia de Jesús de Nazaret. Batura conversó con Aleteia sobre su libro y sobre cómo la adopción continúa cambiando el curso de la historia.
¿Por qué quiso escribir sobre adopción relatando historias biográficas?
Soy padre adoptivo de tres chicos, de 11, 6 y 4 años, todos adoptados al nacer. Tratamos de asegurarnos de que sabían que eran adoptados incluso antes de que entendieran el significado de la palabra, y conforme iban creciendo y madurando, lo fueron entendiendo mejor.
Quería encontrar ejemplos reales de vidas de personas que fueran adoptadas y que hicieran contribuciones maravillosas a la cultura y la sociedad. Al comenzar con mi investigación, me percaté de que hay muchas biografías sobre estos individuos que se centran en lo que hicieron más tarde en su vida, y había muy poco relacionado con sus adopciones en sí.
A medida que indagaba en estas historias, descubrí que la adopción en realidad fue un punto de inflexión para estas personas: las puso en un camino que nunca habrían iniciado de otra forma, y fue ese camino el que las condujo hasta sus éxitos. Todas las personas de este libro probablemente son muy conocidas, todos saben quiénes son, pero muchos desconocen que eran adoptadas.
Dispone de una gama muy diversa de historias en su libro, ¿cómo eligió las que quería presentar?
Elegí a personas que todos pudieran reconocer y que también ilustraran la premisa del libro de que si no crees que tu vida ha cambiado por la adopción, entonces tienes que mirar mejor a tu alrededor. Si tienes un iPhone o has ido a comer alguna vez a Wendy’s o has escuchado a Bach, tu vida ha entrado en contacto con la adopción.
Así que traté de encontrar ejemplos de la vida real con los que pudieran identificarse las personas. Y luego traté de encontrar individuos con una buena historia, algo que inspirara, que animara, que redimiera. No perfectos, porque como sabe por el libro, no todos tuvieron una trayectoria ascendente, sino que hay altibajos en la vida diaria y no todas las adopciones avanzan sin problemas.
Pero mi objetivo era intentar encontrar historias fantásticas y arrojar luz sobre el bien que hay ahí fuera.
Hay varias narrativas hoy en día sobre la adopción, y la adopción es compleja porque siempre viene precedida por la pérdida y la tragedia, en particular para el adoptado. ¿Qué perspectiva toma usted sobre la adopción en su libro y por qué?
Bueno, en general opino que la adopción es algo bueno. Tiende a traer orden en el caos, así que es buena, en especial dadas las alternativas. Hay demasiadas historias terribles sobre abandono infantil, o niños que se crían sin sus padres o que, lamentablemente, no se crían en absoluto debido al aborto.
Pero en relación a la imperfección del conjunto, por supuesto que es un tema habitual en el libro. Pienso en Dave Thomas, por ejemplo, el fundador de la multinacional de restaurantes Wendy’s, que es famoso en el mundo de la adopción. Sin duda su adopción no fue un proceso brillante, pero él transformó una situación difícil en algo muy positivo.
Así que trato de reconocer, y lo hago, que las adopciones son complicadas; no son todas iguales, ni sencillas y perfectas. Y al final del libro establezco un paralelismo con Jesús y con cómo llegó al mundo en unas circunstancias dramáticas, y su vida tampoco fue fácil ni cómoda.
Afirma usted que estas personas famosas no triunfaron a pesar de sus adopciones sino gracias a ellas. ¿Existe una cualidad que todos posean, debido a su adopción, que les ayudara a tener éxito?
Así lo creo. Creo que la capacidad para abrirse paso a través de la adversidad es un elemento común. Y si uno es una persona de fe, que reconoce la soberanía de Dios y que no siempre va a estar contento con las circunstancias, uno es consciente de que es por un propósito y que no es una casualidad.
Otro denominador común es la capacidad para conectar con otras personas y la forma en que la adopción puede conducir a oportunidades maravillosas.
¿Tiene usted una historia favorita en el libro, o una que le resultara especialmente inspiradora?
Todas las historias me resultan muy interesantes, por su puesto, pero la de Nancy Reagan fue particularmente fascinante (…). Nació como ‘Ann Nancy Robbins’ en una familia de Queens, Nueva York, y sus padres se divorciaron poco después, así que se fue a vivir varios años con una tía en Bethesda, Maryland.
Pero entonces su madre se volvió a casar con un médico llamado Loyal Davis, y esa conexión con él cambió la historia. Como Nancy cambió su nombre a ‘Davis’ cuando fue adoptada por él, oficialmente se convirtió en ‘Ann Nancy Davis’.
Y luego Nancy Davis de mudó a California para buscarse la vida como actriz, pero resulta que había otra mujer con el mismo nombre en la lista de simpatizantes del comunismo, así que la gente le decía a Nancy que tenía que ir a hablar con el presidente del gremio de actores para limpiar su nombre y su reputación. Y así lo hizo, y ese presidente era Ronald Reagan.
Mi énfasis, que no he visto que se haya hecho antes, está en que si Nancy no hubiera sido adoptada, si no hubiera cambiado su nombre, no habría tenido la oportunidad, la excusa, para conocer a Ronald Reagan.
Y Loyal Davis influyó en Ronald Reagan —que era un demócrata que dijo “yo nunca abandoné a mi partido, mi partido me abandonó a mí”— durante 10 años hasta que Ronald Reagan terminó por hacerse republicano, luego se presentó para gobernador de California y luego, para presidente. Sin Nancy no creo que Ronald Reagan llegara a hacer nada de eso.
Resulta fascinante cómo el mundo a veces funciona con este tipo de cosas…
Sí, es divertido mirar a la historia e intentar conectar los puntos. Lo que intenté conseguir con este proyecto es decir: “¿Qué pasaría si no hubieran sido adoptados?”. Y creo que está bastante claro que, de no haberlo sido, no habrían hecho lo que hicieron.
¿Cómo expresaría usted la esencia especialmente cristiana de la adopción?
Si eres cristiano, has sido adoptado en la familia de Dios. Cuando adoptas a un niño, asume el nombre de la familia y asume todos los derechos y privilegios que merece por nacimiento. Así somos también nosotros como cristianos. No hicimos nada para ganarnos el favor de Dios y desde luego no tenemos garantizada la salvación eterna, pero aun así se nos ofrece porque hemos sido incluidos en Su familia.
El acto de cuidar de un huérfano y, en general, de los necesitados, es inherentemente cristiano. La Escritura está repleta de preceptos para hacerlo (…).
En Estados Unidos en la actualidad hay 400.000 niños en programas de acogida y unos 100.000 de ellos están preparados para ser adoptados, y también hay una necesidad internacional enorme. Si tu corazón está abierto a esto, puedes usarlo de una forma realmente poderosa.
El subtítulo de su libro es “cómo la adopción cambia el mundo”. Si tuviera que resumir cómo lo hace, ¿qué diría?
La adopción ha cambiado, y sigue cambiando, el mundo en todos los segmentos de la vida. En el ámbito personal, obviamente, porque cambia a la familia y las dinámicas dentro del hogar, y también cambia esa vida en particular. Pero cambia las vidas de todos.
Nelson Mandela, por ejemplo, liberó a su pueblo en Sudáfrica porque su padre adoptivo le enseñó las habilidades de liderazgo que necesitaba. La adopción ha tocado todos los aspectos de la vida y es un elemento profundo que a menudo no valoramos o tratamos como un comentario a pie de página.
Creo que la adopción probablemente también ha hecho más por las relaciones raciales en Estados Unidos en los últimos años que ninguna otra cosa. Mi familia es multiétnica —mi esposa y yo somos blancos y dos de nuestros tres hijos son hispanos— y hace 25 años eso habría llamado la atención, pero ya no. Se he convertido en una imagen muy normal.
Desde luego en las iglesias y en otras muchas manifestaciones culturales la gente ya no se para a mirar dos veces. Y creo que eso es muy bueno. Familias como las nuestras son anuncios andantes de cómo pueden ser, cómo deberían ser y cómo quiere Dios, en mi opinión, que sean las familias.
El último libro de Paul J. Batura Chosen for Greatness: How Adoption Changes the World es una publicación de Regency Faith.