YouTube, Facebook, Twitter y Microsoft anuncian un acuerdo para frenar la propaganda violentaUna nota largamente esperada: los gigantes de Internet -YouTube, Facebook, Twitter y Microsoft—han anunciado que unirán sus fuerzas (que son impresionantes) para combatir el terrorismo a nivel mundial.
El anuncio hecho hace pocos días implica la puesta en marcha de un frente común para combatir a los grupos y a los individuos terroristas desde sus plataformas, pero no solamente de manera individual, sino compartiendo información, perfiles y huellas de los que propagan el terror.
En este sentido, las cuatro empresas estadounidenses prevén crear una base de datos común que incluya las “huellas digitales” de fotos o videos de propaganda terrorista y de campañas de reclutamiento retirados de sus plataformas.
“Al compartir estas informaciones entre nosotros, podemos utilizar (las “huellas digitales”) para ayudar a identificar contenidos potencialmente terroristas en nuestras respectivas plataformas dirigidas al gran público”, dice el comunicado conjunto de las “cuatro grandes”, emitido la semana pasada.
Los que violan todas las reglas
No obstante, dijeron en su nota de prensa, ningún mensaje se retirará ni se bloqueará automáticamente, sino que corresponderá a cada empresa evaluar si los contenidos identificados incumplen sus propias reglas.
Cada una decidirá también de forma independiente qué imágenes y videos añade a la base de datos común, aunque dijeron que quieren comenzar con las imágenes y videos “más extremos y flagrantes” de los retirados de sus plataformas, que son “los más susceptibles de violar las reglas de todas nuestras empresas”.
La iniciativa llega en un momento en que Estados Unidos, la Comisión Europea y una serie de gobiernos multiplicaron los llamamientos a que las redes sociales intensifiquen su lucha contra la propaganda yihadista en línea.
Esperan así identificar más rápidamente e impedir la proliferación de fotos y videos que muestren ejecuciones, decapitaciones y otros contenidos similares difundidos por grupos como el Estado Islámico o Al Qaeda.
No hay lugar para ellos
“No hay lugar para contenidos que promuevan el terrorismo en nuestros servicios para el público en general”, señaló el comunicado conjunto de las empresas mediante el cual ceden –después de muchos forcejeos—a las presiones de gobiernos occidentales para aliarse en la lucha contra el terrorismo.
Obviamente, esta medida supondrá una serie de restricciones a la libertad de expresión de la que, hasta ahora, han gozado los usuarios de las redes sociales. Pero se trata de colaborar para eliminar, de forma conjunta, el flagelo terrorista que amenaza la paz en todos los rincones del planeta.
La asistencia de los usuarios será imprescindible para enfrentar a los propagadores del terrorismo, identificándolos y marcando el material para que, posteriormente, sea revisado por editores humanos, quienes determinarán si violan los términos del servicio.
Un golpe al terror
Por lo pronto, Twitter suspendió 235.000 cuentas entre febrero y agosto de este año, y ha ampliado los equipos que revisan los reportes de contenido extremista. La base de datos estará operativa a comienzos del 2017 y más compañías podrían sumarse a la iniciativa.
Las empresas mayoritarias del mercado mantuvieron en enero pasado una reunión con el gobierno de Estados Unidos para abordar este tema que representa el reto de encontrar un equilibrio entre la libertad de expresión y la lucha contra actividades ilegales.
El acuerdo entre las cuatro grandes empresas se produce once meses después de esa reunión y supone un durísimo golpe a la impunidad de la que habían gozado los grupos terroristas y sus defensores en las redes sociales.