En una época del año pautada por el consumo, el deseo de estos niños te conmoverá Juguetes, aparatos electrónicos, ropa, alimentos. Son palabras recurrentes cuando se acerca la Navidad. Muchos niños viven con ilusión este tiempo particular, a pesar de que en algunas ocasiones las campañas enfocadas en el consumo terminan avasallando los corazones y llenando de cosas secundarias el verdadero significado de la fiesta.
Sin embargo, la realidad no es la misma para todos los niños en América Latina y otros países del mundo.
Por ejemplo, Luz María, Dana, Pabla y Mauro son niños que viven en la región de Bañado Norte (Asunción, Paraguay) y al mirar el horizonte y reflexionar sobre los deseos para esta Navidad solo piensan en algo muy particular.
“Yo no quiero más irme a la calle porque hace mucho calor. Mi deseo es que en la Navidad mi casa no se moje toda otra vez”, dijo la pequeña Luz María en un reportaje reproducido por Crónica de Paraguay.
Es que hace un año, debido a la crecida del río, Luz María y los otros niños, junto a sus familias, tuvieron que abandonar sus hogares. Para ellos literalmente el agua invadió sus casas y se transformó en una experiencia por demás dolorosa.
Pabla comparte la misma sintonía de Luz María. “No quiero más que se llene de agua en mi casa porque nos vamos a la calle y después de mucho otra vez venimos”, señaló.
Son cientos los niños de esta región que suelen ser desplazados por los ríos cuando llega el agua. La salida y la evacuación suele ser rápida, pero el regreso lento y penoso.
Detrás de todo esto aparecen los grandes y recurrentes temas como el cambio climático -que sigue haciendo de las suyas en esta región del continente- o la falta de medidas concretas de parte de las autoridades para promover la construcción de viviendas lejos de zonas inundables.
Mientras tanto, se trata de una realidad que debe ser asumida de parte de esta gente. Y los pronósticos no son alentadores. El agua sigue subiendo. El desenlace esperado choca de frente con la ilusión de estos niños.
Estos pequeños, cuyo país debe padecer cada tanto el fenómeno de las inundaciones, lo único que pretenden y anhelan es no tener una nueva Navidad bajo el agua, en sus hogares y junto a los suyos.
Pero en otros países de la región hay otros tantos que tampoco pueden pasar la Navidad en sus casas debido a diferentes motivos. Entre ellos, los niños refugiados o los que han tenido que ser desplazados a causa de la guerra, entre otras cosas.
¿Ya pensaste qué vas qué vas a pedir para esta Navidad? Quizás sea un buen ejercicio dejar la hoja en blanco por un momento y pensar también en la realidad de estos niños cuyos testimonios hacen que veamos superfluas tantas cosas de las que nos rodeamos estos días del año…