¡Y quizás te sorprenda, pero la tradición del pavo asado se debe a los conquistadores españoles y a los aztecas!¿Por qué el pavo asado, Santa Claus vestido de rojo y blanco, el árbol con bolas y las casas luminosas en medio del paisaje nevado con su muñeco de nieve se han convertido en el icono de la Navidad? Pues porque es la Navidad tal y como se vive en Estados Unidos, y que la globalización, el cine, la TV, han logrado convertir en universal.
La temporada de las fiestas navideñas en EE.UU., en realidad, se inaugura prácticamente con el día de Acción de Gracias, que se celebra el cuarto jueves de noviembre, y termina después de la comida de Navidad, el 25 de diciembre. Es todo un mes – diciembre – en el que se adornan las casas con luces y coronas, se coloca el árbol de Navidad, y se organizan hermosas paradas y fiestas en colegios y en las calles. Y, por supuesto, es el mes de las compras.
La comida de Navidad es uno de los eventos familiares más importante del año, junto con el día de Acción de Gracias. Pero la economía y la dispersión de las mayor parte de las familias en distintos estados de la Unión hace que sea complicado reunirse en ambas ocasiones, e incluso algunas optan por celebrar una fiesta familiar entre una y otra (la llaman ThankChristmas).
Es verdad que estas “fiestas de invierno” han contribuido a “secularizar” la Navidad en Estados Unidos. Pero también es verdad que, para los cristianos, es una gran oportunidad para llenar ese tiempo de sentido “redescubriendo” el Adviento y la importancia de la familia.
Como la propia cultura americana, la Navidad en EE.UU. es producto de un gran mestizaje cultural: la mayor parte de las tradiciones – el árbol adornado, el muérdago y Santa Claus – son de origen europeo, la importancia de las luces tiene conexión con la Janucá judía (que coincide en ese mes), y otras, como veremos a continuación, proceden de los países hispanos.
Pero sobre todo, es la fiesta de la familia: tradiciones como los calcetines (stocking), los regalos bajo el árbol, las galletas de jengibre y Santa (Papá Noel) subrayan ese “sabor de hogar” de la Navidad estadounidense que no debería perderse nunca…
El pavo es el rey de la fiesta
Ambas celebraciones, día de Acción de Gracias y Navidad – no es casualidad – tienen al pavo relleno como rey de la mesa. El pavo común fue el gran “descubrimiento” de América – junto al tomate y al maíz.
En realidad, comer este animal parece que es una tradición de origen azteca, que los conquistadores españoles habrían llevado al norte del Río Grande – ¡así que el pavo es una de las muchas aportaciones de México a la cultura americana!. Los colonos europeos confundieron a estas aves con las pintadas, gallinas de Guinea, o “gallinas turcas” (turkish hens), de ahí el nombre inglés del pavo (turkey).
Otra tradición muy americana es el fudge o dulce de azúcar – ¡nada que ver con los turrones hispanos! – obtenido de cocer azúcar con leche hasta que cristaliza, y que supuestamente fue inventado por un avispado comerciante a finales del siglo XIX, para “arreglar” una partida estropeada de caramelo. Sobre esa base se pueden añadir chocolate y frutos secos.
Hay muchas formas de cocinar el pavo de Navidad, así que proponemos una receta especial, creada por Christine Stoddard, colaboradora de la edición inglesa de nuestra publicación femenina Aleteia For Her, e inspirado en una receta de Martha Stewart:
Receta de Pavo especiado a la naranja (6 personas)
Tiempo de preparación: 30 minutos más horneado 4 horas y media
Dificultad: fácil
Ingredientes:
1 pavo entero (9-10 kg)
(el relleno o stuffing es opcional, y se vende en EE.UU. ya confeccionado)
2 naranjas partidas por la mitad
sal gruesa
¼ de taza más 2 cucharadas de pimienta o pimentón, más si se desea
120 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
1 taza de vino blanco seco
persimons, para adornar (optativo)
salvia fresca, para adornar (opcional)
Preparación:
1. Precalentar el horno a 200ºC (375°F). Lavar el pavo por dentro y por fuera y secarlo bien. Colocar en una bandeja de hornear amplia. Dejar a temperatura ambiente durante una hora. Plegar las alas debajo del pavo. Llenar la cavidad con el stuffing (si has decidido hacerlo) o hierbas aromáticas y usa el hilo de cocina para atar las piernas. Exprime una naranja y baña el pavo por fuera. Aderézalo generosamente con sal y pimienta.
2. En una pequeña sartén, calienta el zumo de la segunda naranja, la mantequilla y el vino sin que se quemen ni hiervan. Asa el pavo, vertiendo un poco de la mezcla de la mantequilla cada media hora sobre él, entre 3 horas y media y 4 horas. (A media cocción, para que no se tueste demasiado, cubre el pavo con aluminio para alimentos).
3. Deja reposar el pavo durante 30 minutos. Colócalo en una fuente y utiliza los jugos sobrantes como salsa en una jarra para servir en la mesa. Adorna el pavo con los persimon y la salvia antes de servir.
Artículo realizado con la asesoría de Mrs. Ana Lluna desde Aurora (CO) y Daniel Esparza desde Nueva York (NY)