“Quizá un ángel, vestido de transeúnte…”Vicky Dash, 32 años y madre de cuatro niños, estaba en el coche con su marido; los dos estaban yendo a Canterbury (Reino Unido) para hacer las compras navideñas cuando vieron a una chica de cabellos rojos en el borde de un puente.
“Le pregunté a mi marido qué estaría haciendo”, declaró Vicky a Kent Live. “Luego vi que se acercaba cada vez más al borde. Cuando me di cuenta de lo que estaba sucediendo, paré el coche y corrí hacia ella”.
En ese momento llegó otro hombre, Tom, procedente de Nonington. Tom detuvo su Golf azul en medio de la calle y se lanzó hacia la mujer, abrazándola. Los dos salvadores se dirigieron a la muchacha, que parecía tener alrededor de 24 años, hablándole de la belleza de la vida e invitándola a no cometer un gesto tan extremo.
“Ambos la abrazamos”, dijo Vicky. “Comenzamos a hablarle, intentando convencerla y diciéndole que no valía la pena”.
“Tom le contó que acababa de vencer un cáncer. Así como lo había logrado él, ella podía hacerlo también. Pero ella no respondía”, añadió la mujer, “intentaba liberarse y acercarse al bordo del puente, mientras le decíamos ‘no, no’”.
Nick, el marido de la mujer, llamó al distrito de policía más cercano. Mientras llegaban los agentes, Vicky y Tom mantuvieron ese abrazo salvador durante más de una hora aterrorizados por la idea de que la mínima debilidad habría podido significar la muerte de esa muchacha.
Cuando llegó la policía, la joven mujer reconoció a uno de los agentes y rompió a llorar, mientras que Vicky, Tom y Nick la alejaban del borde del puente.
Vicky dijo que lo que había sucedido la sacudió mucho. “No ha pasado un solo día”, añadió “en que no haya pensado en ella”.