Y pone una tarea a los más jóvenes en estas fiestas“Cuando estamos un poco tristes, cuando parece que todo va mal, cuando un amigo o una amiga nos decepciona – o más bien nosotros nos engañamos a nosotros mismos– pensemos: ¡Dios me ama!”; “Dios no me abandona”, dijo el papa Francisco a los niños y niñas de la Acción Católica Italiana recibidos en audiencia en el Vaticano este lunes 19 de diciembre.
“Sí, chicos, nuestro Padre es siempre fiel y no deja de amarnos ni un instante, de seguir nuestros pasos y también de reconocernos cuando nos alejamos un poco. Por esto en el corazón del cristiano siempre hay alegría. ¡Siempre!
“¡Y esta alegría –continuó- se multiplica compartiéndola! La alegría recibida como un regalo, pide ser testigo en todas nuestras relaciones: familia, escuela, parroquia, en todas partes”, destacó.
“Al anunciar a todos el amor y la ternura de Jesús, se convierten en apóstoles de la alegría del Evangelio. ¡Y la alegría es contagiosa! Es cierto que la felicidad es contagiosa ¿De acuerdo? [Respuesta de los niños: “Sí!”] ¡La alegría contagiosa!
Por otro lado, Francisco también les dejó otra tarea a los chicos y chicas. “Esta alegría contagiosa (de la Navidad) debe ser compartida con todo el mundo, pero sobre todo -y esta es la tarea- compartirla con los abuelos”, expresó.
El Papa instó a los chicos y chicas a hablar a menudo con sus abuelos. “Ellos también tienen esta alegría contagiosa. Pídanles tantas cosas, escúchenles, tienen la memoria de la historia, de la experiencia de la vida, y esto será un gran regalo que les ayudará en su camino”.
“Ellos también tienen necesidad de escucharlos, asimismo los abuelos necesitan de ustedes, de entender sus aspiraciones, sus esperanzas”.
“Esta es la tarea: hablar con los abuelos, escuchar a los abuelos. Los ancianos tienen la sabiduría de la vida”.