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Tristeza y depresión: encuentra esperanza y ayuda esta Navidad

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Dena Dyer - Karen Hutch - publicado el 28/12/16 - actualizado el 20/12/23
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Luchar contra la depresión siempre es difícil, pero especialmente durante Navidad. Es por eso que te dejamos cinco consejos para ayudarte a ti o a un ser querido a superarla

La vida está llena de momentos agradables y desagradables. Algunas veces nos sentimos plenos, tranquilos, optimistas... algunas otras no quisiéramos levantarnos de la cama al escuchar el despertador; otras veces no se trata de un setimiento, sino de una enfermedad: depresión. En esta temporada navideña, en la que todos se preparan para celebrar y reunir a la familia, algunas personas pueden llegar a sentirse abrumadas.

La pérdida de un ser querido, las metas no cumplidas y las dificultades económicas, profesionales o de familia, entre muchas otras cosas, pueden hacer que algunas personas se sientan ajenas a la Navidad, que siempre viene acompañada de decoraciones, villancicos, alegría y prosperidad.

Lisa Velin, terapeuta profesional, afirma: "Para muchas personas, la temporada navideña es una época en la que se sienten como forasteros". Todos parecen rodearse de amor y calidez, mientras que ellos sienten soledad, frío y oscuridad, lo cual les impide tener el "espíritu navideño".

En caso de que tú o un ser querido estén pasando por un momento difícil, aquí tienes algunas estrategias de superación especialmente enfocadas en la temporada navideña, pero que seguro serán útiles en otros momentos del año:

1Busca ayuda

Este es el consejo más importante de todos. Si sientes que te ahogas, agárrate de un salvavidas. Llama a un terapeuta, un médico o un consejero espiritual y sé sincero con tus sentimientos; por horribles que sean, diles la verdad, sobre todo si piensas en autolesionarte o si no tienes fuerzas para salir de la cama.

Acepta la ayuda que te ofrezcan con gratitud. Hay que ser muy valiente para ser vulnerable, pero la recompensa será grande. Si la primera persona con quien hables no te toma en serio, pide ayuda a otra persona.

Ocultar tus emociones -en particular las que no son placenteras- puede llevarte a un ciclo vicioso de aislamiento. Un estudio dirigido por Sanjay Srivastava, de la Universidad de Oregón, descubrió que los estudiantes universitarios que suprimían sus emociones sentían menos apoyo social, menos satisfacción en sus vidas sociales y experimentaban problemas a la hora de acercarse a los demás".

Recuerda que no es lo mismo pasar por un periodo de tristeza que experimentar un episodio de depresión y solo un profesional podrá hacer esta valoración y acompañarte en el proceso.

2Ofrece ayuda

Hacer regalos a los demás levanta el ánimo, dice Angie Logozzo. "Me encanta cocinar y compartir lo que cocino con los demás". Plantéate participar en un voluntariado, aunque sea por unas horas. Hay estudios que muestran que dar de nosotros mismos no solo es bueno para los demás, sino que también contribuye a nuestra propia felicidad y bienestar.

3Rodéate de la palabra

Leer pasajes bíblicos, así sea en pequeñas dosis, ayuda a centrarte en los planes que Dios tiene para ti y en aquello que te ha otorgado.

Por otro lado, puedes escuchar alabanzas que te recuerden cuanto te ama Dios y sus promesas para ti, incluso puedes anotar en pequeñas tarjetitas versículos de la Bibla que te den paz y esperanza para que los puedas leer cada que te sientas decaído

4No esperes que los demás te entiendan por completo

Muchas personas querrán darte palabras de aliento e incluso ser cariñosos contigo, aunque no lo entiendan del todo porque no han pasado por ello.

Por eso es recomendable entrar a grupos de apoyo o acudir con un terapeuta profesional. Tener a tu alrededor gente que te entienda de verdad cuando estás en tu peor momento es un alivio inmenso.

De esta forma, puedes bajar la guardia completamente durante unas cuantas horas a la semana y compartir tus pensamientos y sentimientos más profundos. Una libertad así es sanadora.

5Concédete gracia

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Atravesar el valle de la depresión requiere esfuerzo y tiempo. Posiblemente sea uno de los viajes más arduos de tu vida. Cada vez que puedas, haz cosas que te gusten por tu propia diversión: date un baño relajante, regálate una buena manicura, ve tu película favorita o incluso una que te levante el ánimo.

La escritora y locutora de radio Rebecca Carrell compartió que "cuando mis pensamientos parecen descontrolarse, me centro en los elementos físicos que marcan la diferencia, como hacer ejercicio, comer sano y dormir lo suficiente".

Y hablando de dormir, la falta de descanso debido a los horarios apretados puede amplificar la depresión. Linda Morgan explica: "Cuando algo me abruma, me doy permiso para llorar hasta que lo he llorado todo (…). Luego decido que mi cerebro se ponga en modo off y me voy a la cama, y así reinicio mi estado de ánimo".

El cuidado personal es algo que tampoco deberíamos ignorar, en especial cuando golpea la depresión. Así que puedes reservar una cita para un masaje, leer una novela o dar un largo paseo en la naturaleza. A medida que descubras las acciones concretas que te ayudan más, conviértelas en una prioridad regular durante las fiestas o la época que te deprima.

Por último, has de saber que sea lo que sea lo que te digan tus emociones, nunca jamás estás solo; nunca jamás estás sola.

La buena noticia de la Navidad es que el mismísimo Dios que formó el cosmos descendió a la humanidad. Jesús renunció a un trono celestial para reconciliar a sus descarriados hijos consigo mismo a través de un tremendo acto de gracia y misericordia.

Este mismo Padre celestial está a una oración de distancia. Y Él anhela habitar contigo y dentro de ti.

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