El 6 de enero, la Iglesia católica celebra la Epifanía o manifestación de Jesús al mundo. Esta fiesta de los Reyes Magos es un buen día para asombrarse ante un Dios hecho niño, adorarle y rezar:
Dios oculto a mi entendimiento, que a veces te manifiestas,
como aquel día ante los Sabios de Oriente.
Pequeño Jesús, me arrodillo ante Ti como hicieron ellos,
te adoro, porque eres Tú, el único...
Y como ellos te regalaron oro, incienso y mirra,
te ofrezco todo mi ser, mi oración y mis limitaciones y sacrificios.
Si en mi vida he recibido o logrado algo, lo pongo a tu disposición.
Lo que me has dado te lo devuelvo con alegría, con libertad.
Junto a la Virgen María y a san José,
deseo mirarte con su gran amor y acogerte como ellos.
Tierno Jesús, Señor mío y Dios mío,
¡Manifiéstate!