Más de cinco millones de personas pasaron Fin de Año sin agua“En Damasco parece que se volvió a “la edad de la piedra”, falta el agua en una ciudad en la cual por muchas horas está interrumpida la distribución de energía eléctrica y escasea el gas y combustible para la calefacción”. Así narra Sandra Awad, responsable de Comunicaciones de Caritas Siria a Asia News la situación en la que se vive desde hace años en Siria.
Según explica Caritas Siria en un informe: “Más de cinco millones de personas en Damasco han transcurrido el Fin de Año sin agua. El 22 de diciembre se interrumpió la provisión de la central de Ain Al-Fija, el centro de distribución más importante de la región. Este provee el “70% del agua” a Damasco y en las zonas circunstantes y está situado a uno 20 kilómetros en el nordoeste de la capital en el valle del río Barada”.
El agua se ha convertido en elemento, en un arma de la guerra. Los gubernamentales acusan a los rebeldes de haber envenenado las reservas de agua derramando litros de combustible diésel dentro de los pozos. No es la primera vez que el agua ha sido utilizada como chantaje contra el ejército gubernamental que quería conquistar la zona.
En Asia News se muestran algunos testimonios de cómo viven sin agua: Mostapha, de 55 años y padre de 4 hijos, narra de haber esperado “en cola por tres horas” por un poco de agua juntada en un parque público poco lejano de casa. “Cuando llegué al grifo- agrega- el agua fue cortada. Ahora uso un bono para adquirir alguna botella de agua, si en el negocio queda aún alguna. La mayor parte está terminando las reservas”.
“Mi hijo. Cuenta Roula, de 39 años y madre de tres niños- tuvo una reacción cutánea muy fuerte después que lo había duchado con agua comprada a un traficante. No pudo dormir durante toda la noche. Lo llevé al doctor, el cual me confirmó que se presentaron muchos casos análogos en la última semana”.
Sin medicinas en los campos de refugiados
Los sirios que huyen de la guerra y consiguen llegar a algún campo de refugiados encontrarán agua, pero se enfrentan a otra “amenaza silenciosa”. Es lo que está ocurriendo en Jordania.
“Las enfermedades no transmisibles están entre las causas de muerte más comunes en la región. Su tratamiento es tan importante como el de una herida de bala, la única diferencia es que estas enfermedades pueden pasar desapercibidas. Nosotros las llamamos ‘asesinos silenciosos’“, declara Marjan Besuijen, en un informe realizado por Médicos Sin Fronteras.
Debido a la llegada masiva de refugiados y al colapso de la asistencia sanitaria el Ministerio de Salud Jordano ya no ofrece medicinas gratuitas a los refugiados sirios. Médicos Sin Fronteras alerta de ésta problemática y muestra cómo gratuitamente ofrece medicinas a 3.700 personas (69% de refugiados sirios y 31% a jordanos en situación de vulnerabilidad.