Un encuentro fortuito entre unos jóvenes y un habitante de la calle en Inglaterra acabó cambiando la vida de los tresUn encuentro fortuito entre una pareja y un sin techo en Inglaterra acabó por cambiar la vida de los tres, y por un motivo tan sencillo como noble. Charlotte Ellis y Taylor Walden, de 22 anos, perdieron el tren para volver a casa en Londres. La temperatura era muy baja, y los dos tenían que esperar unas 4 horas hasta el próximo tren a la intemperie. Fue cuando un sin techo se dio cuenta de su situación, y sin titubear, les ofreció un abrigo y una manta.
“Una voz detrás de mí dijo: ‘Pueden tomar mi abrigo y mi edredón prestados. Es una larga espera y está haciendo mucho frío esta noche’. Me giré y vi a Joey por primera vez. Me metí corriendo debajo del edredón y agradecí el gesto, mientras Taylor me miraba”, contó Charlotte en su muro de Facebook.
La emoción de la pareja con ese gesto gratuito e inesperado de generosidad fue tal, que decidieron ofrecer a Joey una noche en una cama confortable, un baño caliente y una cena en su casa. Él al principio se negó, pero con mucha insistencia – hasta el punto de que Taylor tuvo que decirle que aceptase o Charlotte no se iría – Joey al final cedió, y los tres tomaron un taxi a Essex, ciudad próxima a Londres, donde viven.
Los amigos y la familia, al inicio, pensaban que los dos estaban locos, pero al poco tiempo se fueron encantando con Joey, que en esos días ya se había convertido en amigo de la pareja. Pero lo mejor aún estaba por venir: después de ayudar a la familia, Joey acabó consiguiendo un empleo a los cinco días, y ya no vive en la calle.
“Todo lo que necesitaba era que alguien tuviese fe en él y le diera una oportunidad. Es el ser humano más increíble, cariñoso y maravilloso que conocemos. Me siento muy bendecida por haber tenido parte en ese proceso de sacarle de la calle”, dijo Charlotte. La historia es tan extraordinaria que llegó rápidamente a la televisión:
“Sólo porque alguien vive en la calle no quiere decir que sea peor que tu. Los sin techo no son todos drogadictos o alcohólicos, ni deberían ser tachados como malas personas. Son como tu y como yo”, añade.