Hace unos días un amigo me decía que hace treinta años, una secuela era poco menos que un acontecimiento, y tenía razón. Ahora en cambio, las secuelas son el pan de cada día. No obstante, la tentación de alargar los éxitos en el cine ha existido prácticamente desde los inicios del medio.
Repasamos aquí diez secuelas que no habrían hecho daño a nadie si no se hubieran hecho jamás. Dejaremos a un lado secuelas de secuelas (como podría ser Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal que, estaremos todo de acuerdo, nunca debería haber existido) y nos limitaremos únicamente a segundas partes.
1Psicosis 2. El regreso de Norman (Psycho II: Richard Frankiln, 1983)
Más de veinte años después del clásico incuestionable de Alfred Hitchcock apareció esta impensable secuela. Pese a contar en su equipo técnico con verdaderas leyendas del medio (Jerry Goldmisth en la banda sonora o Dean Cundey en la fotografía) y pese a contar con el mismísimo Anthony Perkins como Norman Bates la película es un bochornoso reflejo de la película original. Quizá tuvo algo que ver que el director fuera Richard Franklin del que pocas cosas buenas se pueden decir…
2Tiburón 2 (Jaws 2, Jeannot Szwarc, 1978)
A Spielberg le ofrecieron cantidades obscenas de dinero pero siempre dijo que no a una segunda parte de Tiburón. Para suplir el hueco a alguien se le ocurrió el nombre de Jeannot Szwarc, un cineasta de origen galo que ocuparía el grueso de su carrera en la televisión.
Y en eso convirtió la secuela de Tiburón, en un telefilme y eso pese a contar con buena parte del reparto original y también con la música del fundamental John Williams.
3Instinto básico 2. Adicción al riesgo (Basic Instinct 2. Risk Addiction, Michael Canton-Jones, 2006)
Hay películas que incitan a una segunda parte que todo queda abierto y aunque en Instinto básico la más que sospechosa Catherine Tramell (Sharon Stone) seguía haciendo de las suyas nada más parecía poder decirse sobre algo sobre lo que, en esencia, se había dicho todo, al menos lo más interesante. Instinto básico 2 fue una de esas películas hechas deprisa y corriendo sin gracia ni sentido el resultado no pudo ser peor.
4El mundo perdido; Jurassic Park
Steven Spielberg terminaba su contrato con la Universal para irse a gestionar sus propios estudios, Dreamworks SKG, de modo que parece normal que los dueños de los derechos de la película poco menos que le pusieran una pistola en la nuca para que rodara una segunda parte. Es muy difícil encontrar una película de Steven Spielberg hecha con menos gana.
5Robocop 2
Gozó de cierta expectación porque la dirigía Irvin Kershner (de hecho, fue su último largometraje) por aquello de que se suponía que era un experto en secuelas y todo porque había dirigido El imperio contraataca y Nunca digas nunca jamás. Sin embargo, lejos de demostrar nada estas películas solo evidenciaban que Kershner era un buen artesano y que sabía darles a los productores lo que pedían, pero nada más. Obviamente a los productores de Robocop 2 la cosa se les fue un poco de las manos.
6Los inmortales 2
Los inmortales fue tal vez un éxito circunstancial. Ni el guion era muy bueno, ni el director, ni los actores con la salvedad de Sean Connery. En cualquier caso la cosa había funcionado por la novedad que suponía en si misma de modo que tratar de retomar el espíritu original forzando la máquina era muy arriesgado sobre todo si el director seguía siendo el mismo. Una chufa de dimensiones épicas.
7Speed 2
Speed fue una película de acción que funcionó por acumulación. Tenía a grandes profesionales detrás (no a grandes artistas) y no daban un minuto de respiro al espectador de forma que si las cosas se hacían bien podía salir una gran película. Y así fue. Speed 2 en cambio perdió ese punto frenético del film original y se transformó en una cinta mucho más convencional. Realmente aburrida.
8El libro de las sombras (BW2)
En sí mismo no fue un error acometer una secuela de El proyecto de la bruja de Blair dejando a un lado el modo de cámara al hombro (found footage). El problema fue cómo se abordó la continuación. El espíritu siniestro y enrarecido de la cinta original se perdió y todo se convirtió en una previsible cinta de terror. Muy decepcionante.
9Independence Day. Contraataque
¿Qué necesidad? Cuando uno consigue un éxito, casi timando al respetable, con una cinta como Independence Day, lo mejor es no remover mucho las cosas. Además, aquella película planteaba un supuesto partiendo de un clásico como La guerra de los mundos desde una óptica contemporánea y como broma no estuvo mal (aunque en su día todo el mundo la pusiera a parir).
Sin embargo las bromas no conviene estirarlas demasiado y ese es, en esencia, el problema de Independence Day. Contraataque.
10Hannibal
El silencio de los corderos abordaba el mal desde una óptica tan sutil, elegante y a veces incluso incómoda que resultaba muy difícil prolongarla en exceso. Ridley Scott convirtió un vampiro intelectual en un Drácula paseando por una Florencia inusitadamente siniestra. Los excesos estetas no jugaron a favor del film que pese a tener una primera mitad muy prometedora se enreda en sus personajes y en sus tramas sin terminar de entender qué clase de villano tenía delante, porque ese fue el verdadero acierto de El silencio de los corderos.