Las pulsaciones de un bebé bajaron de 140 por minuto a 88 sólo por escuchar nanas en directo “Yo sé como tú que a veces duele pero todo pasa y esto pasará” cantado con la dulce voz de Natalí modulada entre animados ritmos flamencos… a cualquier enfermo podría animarle ¡e incluso curarle! Es lo que buscan los músicos y terapeutas de Música en Vena, una asociación dedicada a llevar música a hospitales españoles.
“La música, el estado de ánimo y la salud son tres elementos que creo que son indisolubles”, explica Yerco-Pétar Ivánovic Barbeito, médico y pianista.
“Está demostrado que pacientes que están en una sala de reanimación postoperatoria tengan una música de determinadas características van a sentir o van a poder tener una mejoría en su percepción del dolor (···) y van a requerir una menor cantidad de analgésicos y la recuperación parece que es más rápida”, añade.
Desde 2012, Música en Vena ha hecho posible que más de mil voluntarios hayan ofrecido 1.600 microconciertos que han beneficiado a más de 30.000 personas, según informa la revista Redacción Médica.
Su vicepresidente, Juan Alberto García de Cubas, afirma que han descubierto que “el hospital es un sitio duro pero con mucho margen para la humanización”. Según su experiencia, los pacientes suelen ser un público muy agradecido, aunque en ocasiones, cuando están inconscientes, la única manera de comprobar los beneficios de la música es ver cómo mejoran los valores de sus constantes vitales.
De Cubas recuerda que en la planta de neonatos del Hospital 12 de Octubre de Madrid, las pulsaciones de un bebé bajaron de 140 pulsaciones por minuto a 88 sólo por interpretar nanas en directo ante él. Otros empezaron a succionar el pecho de su madre por vez primera después de escuchar una obra barroca; incluso una niña catatónica despertó por estar expuesta a la música.
“Le estás desplazando el centro de atención de una situación difícil y dolorosa por un momento a otra que es placentera y que rebaja la ansiedad y el estrés”, explica García de Cubas.