33 metros de alto y 11 metros de anchoEl Santuario del Santo Señor de Chalma, en Malinalco, Estado de México, es uno de los tres santuarios más concurridos de México, con seis millones de visitantes cada año, tan solo detrás de los santuarios a la Virgen de Guadalupe (22 millones al año), en su célebre Basílica de Ciudad de México, y a la “San Juanita”, en San Juan de los Lagos, Jalisco, con cerca de 10 millones de peregrinos anualmente.
La imagen y la fama de milagroso del Santo Señor de Chalma es la que atrae desde hace más de tres siglos a cientos de miles de devotos, muchos de ellos indígenas, de todo el país.
Situado en territorio dominado por los aztecas antes de la conquista española, cerca del centro ceremonial de Malinalco, el Santuario tiene una larga tradición sincrética puesto que, se dice, en una cueva del sitio donde ahora se alza, fue descubierta la imagen de un dios prehispánico negro, mismo que los misioneros españoles destruyeron durante la llamada “conquista espiritual” de México.
También siempre según la leyenda, poco después apareció ahí mismo un Cristo, igualmente de color negro, que aún se venera en el santuario.
Tradicionalmente, los peregrinos que van por primera vez a Chalma adquieren una corona de flores y luciéndola bajan bailando, en un trayecto muy empinado de aproximadamente cinco kilómetros, hasta el santuario, donde la depositan.
Es muy famoso el dicho mexicano de “ir a bailar a Chalma”, como sinónimo de buscar un milagro o gozar de una acción de la fortuna, en el sincretismo que envuelve a este santuario.
El actual templo se concluyó en 1683 debido a la iniciativa de fray Diego de Velázquez, aunque al paso de los años su arquitectura ha sido modificada.
Y ahora muy cerca de la bajada de los cinco kilómetros, el cardenal y arzobispo de Tlalnepantla, Carlos Aguiar Retes, junto con otros obispos del Estado de México y el gobernador de esa entidad, Eruviel Ávila, inauguró la imagen más alta de América de la Virgen de Guadalupe.
La soberbia imagen de la Patrona de las Américas es una imponente escultura de 33 metros de alto y 11 de ancho, situada en en el parador turístico El Ahuehuete, contiguo al Santuario de Chalma. La escultura de bronce pesa 110 toneladas y fue realizada en 10 meses por el escultor Víctor Gutiérrez.
Tras esta inauguración, se prevé que la afluencia a Chalma crezca, pues es conocida la veneración, prácticamente desde sus apariciones en 1531, diez años después de la caída de Tenochtitlán, que tiene los indígenas mexicanos por la Virgen morena, Santa María de Guadalupe.