El Pontífice recibió a los participantes en los Juegos Mundiales de Invierno de las Olimpíadas EspecialesLos atletas especiales por su “pasión”, “valentía” y “alegría” fueron puestos como un ejemplo por el Papa Francisco. Sentimiento, la alegría, que se contagia porque al verlos competir la mejor “victoria” es “superarse a sí mismo”.
Lo hizo al recibir este jueves 16 de febrero 2017 en la Sala Clementina del Vaticano a los participantes en los Juegos Mundiales de Invierno de las Olimpíadas Especiales bajo el lema: “Nos enseñáis que no hay obstáculos ni barreras que no puedan superarse”.
“El deporte también nos ayuda a difundir la cultura del encuentro y de la solidaridad”, expresó el Pontífice ante una delegación de las Olimpiadas Especiales Internacionales que participará en los Juegos Mundiales de Invierno en la región austríaca de Estiria el próximo mes de marzo.
Los deportistas especiales enseñan que “no hay obstáculos ni barreras que no puedan superarse”. Así, los ha puesto como ejemplo como “signo de esperanza” para todos los que luchan por una sociedad más inclusiva.
Cada vida es preciosa, cada persona es un regalo y la inclusión enriquece a cada comunidad y a la sociedad. ¡Este es vuestro mensaje para el mundo, para un mundo sin fronteras y sin exclusiones!”.
“En la base de todos los deportes está, de alguna manera, la alegría: la alegría de moverse, la alegría de estar juntos, la alegría por la vida y los dones que el Creador nos da todos los días”, añadió.
“Cuando vemos una hermosa sonrisa en vuestras caras y la felicidad en vuestros ojos después de haber hecho bien una prueba – y la mejor victoria es precisamente la de superarse a sí mismo- , nos damos cuenta de lo que significa una alegría sincera y bien merecida. Y podemos aprender de vosotros a estar alegres por las cosas pequeñas y sencillas, a alegrarnos juntos”.
El papa Francisco anima a practicar el deporte porque “es bueno para el cuerpo y el espíritu”, y permite mejorar “la calidad de vida”. Además, “requiere mucho trabajo y sacrificio”.
Asimismo, “hace crecer en la paciencia y la perseverancia”, da “fuerza y valor” y adquiere y desarrolla las “habilidades que de otro modo permanecerían escondidas”.