Opinión del secretario general de Estados Americanos (OEA) y obispos del CELAMUno de los críticos más consistentes del muro de tres mil kilómetros que pretende terminar de construir el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la frontera entre México y Estados Unidos ha sido el actual secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
Para el secretario general de esta organización cuya oficina central se encuentra en Washington, el muro no solamente dividirá México de su vecino del norte y Canadá, sino que también lo hará, de manera simbólica y real, con América Latina y El Caribe.
Almagro dijo –en una entrevista para la radio mexicana—que América Latina “está obligada a trabajar en coordinación para enfrentar la política proteccionista y separatista” del presidente de Estados Unidos. Además, subrayó que “la migración, en vez de ser atacada, es un tema que se tiene que trabajar con responsabilidad internacional”.
Más adelante señaló que la separación entre Estados Unidos y América Latina “es un componente muy fuerte y surge a partir del muro”. La vecindad no debería ser un problema si se construyen “mejores vínculos” y se fortalecen relaciones y “no separar o reprimir” a los pueblos.
Signo de debilidad
Por otra parte, durante la rueda de prensa final del Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Comisiones Episcopales de Liturgia, mismo que reúne a obispos y sacerdotes de Cuba, Puerto Rico, Brasil, Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay, Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Honduras, Nicaragua, Guatemala y México, el tema del muro surgió de manera espontánea.
El Encuentro, que se celebró en San Cristóbal de las Casas (México), con motivo del primer aniversario de la visita a ese lugar del sur de México –y su encuentro con los indígenas de América—del Papa Francisco, tuvo como motivo de reflexión sobre la inculturación de la Liturgia en los pueblos originarios de América y fue organizado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
En la rueda de prensa posterior al Encuentro, el arzobispo de Salta (Argentina), Mario Antonio Cargnello, quien preside el Departamento de Misión y Espiritualidad del CELAM, fue muy enfático al decir que “los muros son una estupidez” y que “son el signo de la debilidad de quien los construye, no de la fortaleza”.
Cuestionado sobre las expresiones de personajes como el secretario general de la OEA, que el muro dividirá a América, Cargnello sostuvo que el problema es “lo que éste pudiera representar”. Y abundó: “No sé desde el punto de vista de las vinculaciones económicas… El problema es el símbolo que hay detrás del muro”.
Como ha venido siendo ya una constante en las intervenciones de la Iglesia católica sobre este asunto, el arzobispo Cargnello sostuvo que ante el riesgo del muro fronterizo entre México y Estados Unidos, hay que “plantear alternativas de integración entre países latinoamericanos”.
Con información de los periódicos Excélsior y El Universal