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Abecedario de una boda con éxito

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Bénédicte de Dinechin - publicado el 19/02/17
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Consejos y trucos para anticiparse a vivir el sacramentoAdoración: algunos novios ofrecen esta posibilidad una hora antes de la misa; un hermoso medio para incluir meditación sobre la profundidad del sacramento entre tanta agitación superficial.

Barrer el arroz y también el confeti y todo lo que se tire a los recién casados en la puerta de la iglesia; no está demasiado bonito salir de la casa del Señor para irse de celebración y dejárselo todo desordenado y sucio al párroco.

Cantos: sois fans de Céline Dion, pero mejor reservad esa música para el convite. Repasad los cantos de la misa con unas cuantas semanas de antelación e involucrad alguna agrupación coral de amigos, es una buena ocasión para que se den a conocer.

Damas de honor y niños pequeños: escoged a los que sean suficientemente mayores como para saber estar en primera línea de acción y no tirar del velo de la novia. Tened prevista una guardería para los bebés, toda la congregación os lo agradecerá.

Epístolas: es momento para seleccionar los textos de la Biblia que fundamentan vuestra fe. Recordad: el poeta Jalil Gibran no es uno de los evangelistas y Saint-Exupery, por muy bonitos que sean sus escritos, no ha sido canonizado. Buscad inspiración en vuestra parroquia o en otras diferentes, como en el sitio web de la diócesis de París, que ofrecen sugerencias de lecturas.

Familia: aprovechad para mostrar vuestro afecto a la familia, porque ellos también han tenido que pasar mucho tiempo preparando vuestro matrimonio; estad pendientes de que les reserven las primeras filas y de besarles cuando os deseéis la Paz de Cristo, y comenzando por vuestras suegras.

Gorgoritos estomacaleso sea, que os suenan las tripas; nada deseable en los momentos de silencio. No es mala idea comer un poco antes de la misa.

Horarios: planificad con margen de tiempo y dejad clara vuestra agenda al servicio de banquetes. Una comida de boda tranquila dura más o menos una hora y media.

Invitaciones: invitad a mucha gente a la misa, es una hermosa ocasión para evangelizar; acordaos de vuestros colegas de trabajo, el conserje de vuestro piso, vuestros antiguos compis de facultad… Seguramente les conmoverá que hayáis pensado en ellos.

Joyas: no deis tanta importancia a las apariencias ni busquéis la ostentosidad; no obstante, llevar alguna joya que perteneciera a un ser querido que no pueda estar con vosotros ese día es una bonita forma de tenerle presente.

Kyrie y otros cantos en latín: quizás para vosotros estén claros, pero para algunos pueden ser un misterio, ¡considerad traducir vuestro libreto de canciones!

Libreto de canciones y guion de la misa y de la boda: para quien lo ponga todo detallado; por favor, tened piedad con los mayores de 50 años, que de cerca no ven tres en un burro: ¡la letra grande!

Meteorología: que no cunda el pánico, hará bueno si, como dice la tradición, lleváis huevos a las monjas clarisas.

Naturalidad: no se trata de un espectáculo ni de un concurso, calmad la osadía de vuestro peluquero y maquillador y bajad los aires de grandeza del florista. Lo importante es que el ambiente contribuya a vuestro recogimiento y al de la liturgia.

Organista: avisadle con mucha antelación, por lo general están muy ocupados.

Padre: por supuesto, hay que pagar al sacerdote. Hay demasiadas familias que “olvidan” tener en cuenta el desplazamiento del sacerdote y su alojamiento, así como las horas de preparación que os ha dedicado quitándole tiempo a otras actividades. Algunos curan proponen que se les pague lo mismo que al disyóquey, ¿por qué no?

¿Quién hace la colecta? (Lo sé, he hecho trampa con la letra q) Queda muy mono que los niños se paseen por la iglesia, pero mejor que el cepillo lo pase un adulto, aunque le podría acompañar uno de los niños de vuestro séquito. Hay quien dice que los feligreses son más generosos cuando es un adulto el que lleva el cepillo, así que…

Ramo: en algunos lugares es costumbre que los recién casados dejen una ofrenda floral a la Virgen María después de rezar ante ella para pedirle la bendición de su unión.

Sonido: in-dis-pen-sa-ble. Ya lo habréis ensayado todo en las pruebas, pero la megafonía hay que repasarla antes de la ceremonia, así que buscad a alguien que ayude al sacerdote con estas cosas para que todo el mundo escuche bien la misa, desde la primera hasta la última banca.

Testigos: no hay que elegirlos por su aspecto decorativo ni por vuestros recuerdos de fiestas en común; han de ser verdaderos amigos que compartan vuestras convicciones y os recuerden el sentido de vuestro compromiso si fuera necesario.

Unificación de colores: está muy de moda tener una boda temática, pero no le deis preferencia a esto y privilegiad mejor la unificación de los corazones.

Velo: símbolo de pureza que cubre el rostro de la novia a la entrada de la iglesia y acompañada de su padre.

Wedding plannercontratad uno si preferís pasar de tanta parafernalia y queréis consagraros a la preparación de vuestra vida conyugal.

Xilófono y otros instrumentos: localizad a vuestros amigos músicos para pedirles que vengan a ayudar en los cantos o a tocar algo hermoso en solitario que apoye la oración.

Yahvé: tened siempre presente que Él es el testigo principal de vuestra unión y ante Él realizáis vuestro compromiso; concentrados en Él, no hay lugar para los nervios; disfrutad de este momento de recogimiento y animad a que todos vuestros seres queridos se centren en Su presencia.

Zozobras: siempre hay momentos de duda y nervios a la hora de hablar en público, sobre todo para los que vayan a salir a hacer las lecturas o a contribuir con sus mejores deseos; probablemente se equivocarán, reirán o llorarán (los novios también). Disfrutad de la naturalidad y la espontaneidad de las emociones y no os frustréis si no sale todo “perfecto”.

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