Un verso que te llenará de paz Reina el silencio a las cinco,
canta el Señor soberano
y los pájaros su canto
lo replican entretanto.
Entretanto, la frontera
de lo humano y de lo alto
se acuarela y verso santo
me recrea,
que place sobremanera
verlo plácido temprano
que hasta tarde está hilvanando
piedra y piedra.
¡Despropósito el mayor
cuando, armado de valor,
contradigo al hacedor
y surco al que me cincela!
Contemplo el paisaje y siento
que estamos en manos buenas,
que el Señor, que nos sostiene,
lo hace por cuantos rezan
y piden seamos mejores
que los siervos de esta hora,
que el cielo es posible ahora,
que el Reino mañana viene;
y sepamos esta aurora
o este día que fenece
revelan que no merece
el hombre tamaña gloria…
Dios es Niño que pondera
el corazón cual juguete
y nos estrecha y valora
por el peso de las preces.
Artículo originalmente publicado por Centro de Estudios Católicos