El curioso procedimiento para trasladar a la Antártida hielo del glaciar boliviano Illimani El glaciar Illimani es una auténtica maravilla con una altitud de más de 6.000 metros sobre el nivel del mar cerca de La Paz, en Bolivia, además de representar la segunda cima más elevada del país.
Pero en los últimos años este glaciar -al igual que otros en otras partes- se ha visto amenazado por el cambio climático y fue lo que ha llevado a un equipo internacional de científicos a pensar en un procedimiento curioso.
“El glaciar es un patrimonio de información”, cuenta a Efeverde uno de los coordinadores del proyecto internacional Ice Memory, Patrick Ginot.
Precisamente, de eso se trata, de la conservación de esa información a través de la perforación y extracción de hielo para luego ser trasladado a la Antártida con el objetivo de instalarlo en una cueva especialmente diseñada con tales fines.
El experimento parece exótico, pero ya fue probado, por ejemplo, con el Mont Blanc en Francia, donde hubo extracción del macizo en agosto del año pasado a través de un proyecto administrado por la Universidad Grenoble Alpes. Ahora, en mayo, está previsto replicar la misión, pero con los hielos andinos.
El principal argumento que se maneja es que los glaciares acumulan capas de nieve desde hace millones de años. En el caso de este glaciar boliviano, indica la información, se estipula que tiene 18.000 años de hielo, algo que lo transforma en una vastísima información sobre el pasado.
El objetivo es tener un banco de datos para el futuro y que estén en las cuevas del “mejor congelador” del mundo en la Antártida para un almacenamiento de largo plazo. Y la idea, a futuro, es seguir replicando este procedimiento con otros glaciares amenazados por el cambio climático.
En cuanto al procedimiento en sí, el equipo está integrado por tres personas que irán perforando a lo largo de tres semanas el glaciar para lograr tres muestras cilíndricas que se mandarán por barco a Grenoble (Francia) donde permanecerán en un contendedor.
Una de las muestras será analizada por los investigadores, que incluye a bolivianos, para extraer información y las restantes quedarán hasta 2020 en Francia a la espera de la finalización de la cueva en la Antártida, la futura “heladera de glaciales” a nivel internacional.
Y de alguna manera, en el caso de Bolivia, la extracción de las muestras se transforma en una carrera contrarreloj, pues el fenómeno de El Niño que afecta a la región (que está generando fenómenos naturales como sequía) puede seguir en aumento el próximo año, algo que dificultaría la tarea.
El propio Ginot fue bastante enfático en cuanto al futuro de los glaciares en Bolivia, dando a entender que en el mejor de los escenarios a finales de siglo el glaciar Illimani se va a reducir “hasta menos de la mitad de su volumen actual”.
“En todo caso los pequeños glaciares (bolivianos) que están a una altura de menos de 5.500 metros van a desaparecer completamente en los próximos 20 años”, concluye, algo que en definitiva terminaría afectando la disponibilidad de agua en las cuencas hidrográficas.
En tanto, con este tipo de proyectos, un tanto curiosos quizás, en eso se está, en intentar al menos salvaguardar la “memoria” de estos glaciares, que son una auténtica riqueza en cuanto a información para no olvidar el pasado.