Pintoresco y bullicioso, un centro de referencia en Guayaquil, EcuadorLos amantes del pescado y los frutos del mar estarán de parabienes si logran conocer el ya tradicional mercado de Caraguay en Guayaquil, Ecuador.
Es que durante el tiempo de Cuaresma este lugar se transforma en un centro de referencia tanto para las personas que respetan la tradición de no comer carne los viernes como de aquellos que incorporan con mayor asiduidad estos productos a sus dietas.
Bullicioso y pintoresco son tan solo unas leves pinceladas de un lugar que presenta a toda hora una gran afluencia de público que recorre sus instalaciones.
Los propios vendedores de este mercado, que cubre las necesidades tanto para mayoristas como minoristas, están confiados de que durante este tiempo especial las ventas se sigan incrementando, como aconteció el año pasado.
“El año pasado aumentó la venta por Semana Santa, espero que también se repita”, comentó, por ejemplo, Rosa Córdoba, una comerciante instalada en uno de los tantos puestos del gran mercado, reproduce El Universo.
Y el tema de los precios y sus vaivenes -también de frutas y verduras que están presentes por ahí- es un tema siempre presente con respecto a este mercado.
En cuanto al ritmo de este mercado, por la mañana por lo general encontrarse con minoristas, esas personas que buscan los diversos productos para el consumo propio, pero luego de las 20.00 horas la posta pasa para los mayoristas, entre ellos enviados por restaurantes y otros comerciantes. En la madrugada, sobre las 3.00 horas, también es posible acudir al lugar con vistas a revender pescado en el día.
“Llama a la casa y pregunta qué más quieren… ¡Pero llaaama!”. “¿Qué horas serán”, son tan solo algunas de las palabras que se pueden escuchar en algún día corriente en la vida de este mercado, aparece en una crónica vinculada denominada Noches de Careguay.
Entre los productos de mayor destaque se encuentran la trompeta y albacora, cuyas ventas suelen elevarse considerablemente durante este tiempo, al igual que la corvina, que está atravesando por un momento de escasez y con ello el aumento de su precio.
Por el otro lado, en cuanto a la abundancia, lo que hay más por estos días es lo que se denomina la pesca negra, como el dorado y la albacora.
“Tenemos robalo, tenemos corvina, tenemos albacora, todo de excelente calidad. Venga, venga sin compromiso. Tenemos buen producto, señores: robalo y albacora. Tenemos también bonito”, se escucha también de fondo a otro de los experimentados vendedores.
“El comprador quiere ser bien atendido. A veces se pone detalloso. Al comprar pescado pide que se lo limpie, que se le saquen las tripas, se lo haga filete. Allí se lo pedimos al faenador”, agrega.
Pero también hay otro sinfín de productos que van desde el pulpo, pasando por el calamar, camarones, bagre, cangrejo y hasta tiburón rabón, entre tantos otros, por ejemplo.
Recientemente, el pasado jueves, estuvo muy movido porque también se suman a los habituales clientes los comedores de la zona que buscan mariscos para evitar servir carne los viernes de Cuaresma.
Así transcurre la vida en este famoso mercado de Guayaquil, uno más dentro de un país que ama este producto. Pero al mismo tiempo, el mercado también es sinónimo de reencuentro, de pensar en cómo agasajar a un familiar y por qué no a un amigo. Estamos en tiempo de Cuaresma y si de tradiciones culinarias se trata, el pescado juega un rol protagónico. Visitar Caraguay, según los más entendidos, vale la pena.
Foto ilustrativa