Homilía de este martes en la Casa Santa MartaAlejarse del mal, aprender a hacer el bien y dejarse llevar adelante por el Señor: este es el camino de conversión cuaresmal indicado por el papa Francisco en la homilía de la misa celebrada la mañana de este martes en la Casa Santa Marta del Vaticano. Una conversión que se manifiesta no con palabras sino con “cosas concretas”.
El Papa marca el camino de la conversión cuaresmal partiendo de las palabras del profeta Isaías que hoy se leyeron en la Primera Lectura. Alejarse del mal y aprender a hacer es el corazón de la exhortación de Isaías y etapas de este recorrido. Cada uno de nosotros, todos los días, hace cosas mal. La Biblia dice que el “más santo peca siete veces al día”.
Alejarse del mal y aprender a hacer el bien es un camino
El problema, revela el Papa, es “no acostumbrarse a vivir en las cosas malas” y alejarse de lo que “envenena el alma”, que la hace más pequeña. Por tanto hay que aprender a hacer el bien.
“No es fácil hacer el bien: debemos aprenderlo siempre. Es Él el que nos enseña. ¡Pero hay que aprender! Como lo niños. En el camino de la vida, de la vida cristiana se aprende todos los días. Se debe aprender todos los días a hacer algo para ser mejores que el día anterior. Aprender. Alejarse del mal y aprender a hacer el bien: esta es la regla de la conversión. Porque convertirse no es ir a una hada que con la varita mágica nos convierta: ¡no! Es un camino, un camino de alejamiento y de aprendizaje”.
Se aprende a hacer el bien con cosas concretas no con las palabras
Es necesario tener coraje, para alejarse, y humildad para aprender a hacer el bien que se explica en los hechos concretos.
“Él, el Señor, nos dice tres cosas concretas pero hay más: buscad la justicia, socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, defended la causa de la viuda… cosas concretas. Se aprende a hacer el bien con cosas concretas , no con palabras. Por esto Jesús, en el Evangelio que hemos escuchado, acusa a la clase dirigente del pueblo de Israel, porque ‘dicen una cosa y hacen otra’, no conocen la concreción. Y si no hay concreción, no puede haber conversión”.
Levantarse con la ayuda del Señor, con humildad y seremos perdonados
Después la Primera Lectura prosigue con la invitación del Señor: “Arriba, venid, hablemos…”. ‘Levántate’ es una bella palabra que Jesús dirige al paralítico, a la hija de Jairo y al hijo de la viuda de Naím. Dios nos da la mano “para levantarnos”. Es humilde, se abaja para decir: “venid, hablemos”.
El Papa destaca aquí cómo Dios nos ayuda: “Camina junto a nosotros para ayudarnos, explicarnos las cosas, tomarnos de la mano’. El Señor es capaz de hacer este milagro: cambiarnos, no de un día para otro pero sí, siguiendo un camino”.
“Os invito a la conversión, alejaos del mal, aprended a hacer el bien… ‘Arriba, venid conmigo, hablemos y sigamos adelante’. ‘Pero tengo muchos pecados…’. ‘No te preocupes. Si tus pecados fuesen como escarlata, se volverán blancos como la nieve’. Este es el camino de conversión cuaresmal. Sencillo”, explica.
“Es un Padre que habla, un Padre que nos quiere bien, nos quiere mucho, mucho. Y nos acompaña en este camino de conversión. Sólo nos pide que seamos humildes. Jesús dice a los dirigentes: ‘Quien se exalte será humillado, y quien se humille será exaltado’”, añade.
Francisco termina afirmando que este es “el camino de la conversión cuaresmal”: alejarse del mal, aprender a hacer el bien, levantarse y seguirle. Entonces “nuestros pecados serán todos perdonados”.