El Papa bendice estatua de la Virgen de Fátima traída desde el confín de una de las Iglesias más sufridas y perseguidas de la historiaUn grupo de fieles chinos de Tianjin sorprendió al papa Francisco durante la audiencia general en la plaza de San Pedro este miércoles 15 de marzo de 2017.
Un gesto inédito tras 177 audiencias celebradas por Francisco hasta ahora. La familia china recorrió kilómetros y kilómetros de peregrinaje para llegar hasta el Vaticano en compañía de una imagen de la Virgen de Fátima. Lágrimas, emoción y mucha devoción a flor de piel en las imágenes.
Papá, mamá y dos chicos, proveniente de una de las Iglesias más sufridas y perseguidas de la historia reciente, arriban ilusionados al Vaticano para mezclarse entre los 12.000 fieles y peregrinos presentes para escuchar la catequesis. Atrás el cansancio de muchas leguas de mar atravesados en avión desde China a Italia.
Un peregrinaje también para que ojalá el Sucesor de Pedro bendiga una estatua tamaño medio de la Virgen de Fátima mientras pase entre la multitud. Pero las ganas de cercanía pueden más. El Papa los nota después de su giro en papamóvil y antes de subir al sagrario para dar la catequesis se encuentra con ellos.
El hombre se arrodilla apresurado, sollozando, grita su alegría. No cree a sus ojos mientras el Papa bendice su pequeño hijo. La mamá casi en el suelo caminando de rodillas pone de frente a su hija que también es acariciada por Francisco, que luce algo sorprendido, casi como si le resultara embarazoso, no acostumbrado a la reverencia y ni al formal “beso del anillo”.
Los gendarmes atentos a la seguridad tratan de bajar las manos extendidas de la familia y del grupo de chinos que se acerca hacia el Papa. El frenesí piadoso es casi inusual. Al mismo tiempo, los periodistas en la Oficina de prensa esperan impacientes y advierten que la audiencia se está retrasando.
El Papa se dona y bendice la estatua de la Virgen, a la que los 12 millones de fieles chinos aseguran devoción. Las manos de ancianos y otros hombres tocan al Papa y tratan de besar sus manos.
En el contexto general se encuentra el acercamiento constante entre el Vaticano y China de los últimos meses para tender un puente de relación diplomática interrumpido en 1951 tras el ascenso al poder de Mao Tse Tsung.
En declaraciones al diario español El País, en enero, Francisco manifestó su deseo de poder ser el primer Obispo de Roma de la historia en pisar suelo chino tras haber sobrevolado por primera vez su espacio aéreo en 2014. “Iré a Pekín cuando me inviten -expresó-. Las iglesias están llenas. Se puede practicar la religión en China”.
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