Él aparece en tu vida cuando menos te lo esperasMartes, 8 de la tarde. Un caos en casa. Los que son padres sabrán de qué hablo. Llega el momento de los baños, los pijamas, las cenas y que los pequeños se vayan a dormir. Comienza la lucha de todos los días. La pequeña llora porque la hemos dejado en el parque y ella quiere ya cenar. La mayor me dice que me bañe yo, que ella quiere corretear y esconderse por la casa. Crispación máxima, estrés, algún que otro grito y ruido, mucho ruido por toda la casa.
En ese preciso momento de gran ebullición… suena el interfono. ¿Quién será? ¿Tiene que venir alguien? ¿Será el cartero o alguien con publicidad? Me acerco de malos modos y cojo el telefonillo:
-¿Sí?
-Dios te ama -me contestan.
-¿Cómo? ¿Perdona?
-Somos jóvenes de la parroquia y simplemente queríamos recordarte que Dios te Ama. Que Dios te Bendiga. Un abrazo.
-Igualmente… muchas gracias -fue lo único que… sorprendido supe contestar. No me dijeron nada más. Siguieron llamando a otros vecinos.
-¿Quién es? -me pregunta mi mujer.
-Llamaron para recordarnos que Dios nos ama -le contesté. Su cara fue un poema…
¿No les parece increíble? Dios en medio de la locura y de la vorágine… al final del día y cuando uno está exhausto… aparece gracias a unos jóvenes de la parroquia que me recuerdan que Dios me ama.
Llevo toda la semana pensando en ello: a veces nos empeñamos en darle demasiadas vueltas a la evangelización, a explicar al mundo que Dios existe, que esta ahí… a mostrar la vida de la Iglesia, a explicar su doctrina, a la defensa de unos valores, de una cultura, de una manera de vivir…
Estos jóvenes me dieron una auténtica exhibición de los que es la evangelización y fíjense… sólo usaron tres palabras: “Dios te ama”.