Ninguno de los crímenes terminan siendo esclarecidosUn “corrido” mexicano de José Alfredo Jiménez se ha hecho popular. Más aún su estribillo de que en Guanajuato (Estado central de México, de donde era oriundo José Alfredo) y en México, “la vida no vale nada”.
Esto podría ser un estribillo pegajoso de un “corrido ranchero”, típico de las fiestas con mariachis, pero en el campo profesional y misionero, por desgracia, y viendo las estadísticas, en efecto, su vida “no vale nada”.
Sin guerra pero violento
México es el país más peligroso de América para ejercer el sacerdocio y el periodismo. En lo que refiere a número de sacerdotes asesinados, 2016 fue el octavo año consecutivo en que el país ocupa esta macabra lista.
Y en 2017, apenas en marzo, con diez periodistas asesinados, México siguió siendo el país más peligroso para ejercer el periodismo entre las naciones que no están en guerra, al sufrir la violencia de los cárteles del narcotráfico, de la policía y de las autoridades que son “en extremo corruptas”.
Por lo demás, el último informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), señala que México continúa siendo el país más letal en América Latina para el gremio periodístico y a nivel mundial solo se encuentra por debajo de dos países en conflicto: Siria, que registró 19 asesinatos y Afganistán, con 10.
Sangre y tinta
Tres reporteros han sido asesinados a tiros en México durante las últimas semanas: Miroslava Breach, en Chihuahua; Ricardo Monlui, en Veracruz; y Cecilio Pineda, en Guerrero.
A pesar de que los reporteros trabajaban en lugares distantes entre sí, tenían un factor común: eran periodistas experimentados y trabajaban en zonas de conflicto siguiendo temas sensibles, según la televisora hispana de Estados Unidos, Univisión.
Antes de ser asesinada, la periodista mexicana Miroslava Breach investigaba varias historias relacionadas con el narcotráfico y la política en el fronterizo Estado de Chihuahua.
Entre sus últimas columnas publicadas en *El Político* de Xalapa (Veracruz), Ricardo Monlui informó sobre los conflictos internos del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de aspirantes a las alcaldías veracruzanas, criticando a aquellos que no habían comprobado de dónde procedían sus recursos.
En su columna “Crisol”, el periodista veracruzano siempre fue crítico de los ex gobernadores Fidel Herrera y Javier Duarte, actualmente prófugo de la justicia.
El periodista Cecilio Pineda fue asesinado en Tierra Caliente, Guerrero, donde diversos grupos criminales mantienen una lucha abierta por el control del territorio. Horas antes del atentado, Pineda denunció un supuesto pacto entre funcionarios del gobierno de Guerrero, incluyendo el gobernador Héctor Astudillo Flores, y miembros de la célula de ‘Los Tequileros’, que pertenece al temible grupo de narcos “la Familia Michoacana”.
El peor lugar de América
Hace algunos días, Aleteia informaba sobre el Estado de Veracruz, en el Golfo de México, como una “nueva versión” del Holocausto. En esta entidad se han encontrado, y se siguen encontrando poco a poco, varias fosas clandestinas conteniendo restos humanos, presuntamente víctimas del narcotráfico.
Para los periodistas, Veracruz es un Estado peligrosísimo, el peor Estado en América Latina –quizá en el mundo—para ser ejercer este oficio, y menos cuando se tocan fibras sensibles de la política y el narcotráfico.
La periodista Carola Solé ha llamado a Veracruz es “un campo minado para los periodistas”. En su reporte para Univisión, Solé subraya que “su época más negra” se vivió durante el mandato del ex gobernador prófugo Javier Duarte (2010-2016): 17 reporteros fueron asesinados en ese Estado mexicano y otros tres estaban desaparecidos.
“Matarlos sale demasiado barato: ninguno de esos crímenes ha sido resuelto”, remata la periodista Carola Solé.