La metáfora que usó el papa Francisco para referirse a la unión en la diversidad de los pueblos atacados por el fundamentalismo“Para mí es un verdadero gusto este encuentro de diálogo y fraternidad”, expresó el papa Francisco, quien recibió en audiencia a una delegación de las Superintendencias de Irak, grupo conformado por representantes de varias poblaciones: chiitas, sunitas, cristianos, yazidíes y mandeanos/sebeos. Lo hizo este 29 de marzo de 2017 en la pequeña aula (‘auletta’) Pablo IV del Vaticano.
Se trata de pueblos amenazados sin distinción por el ISIS, rodeados por el fundamentalismo, el terrorismo y el conflicto en Irak.
Antes, en la plaza de San Pedro, Francisco expresó su “profundo dolor por las víctimas del sangriento conflicto”, especialmente en Mosul, sur del país, y renovó a “todos la llamada a colaborar” en la “protección de los civiles, como requisito imperativo y urgente”.
Dios y Abraham nos unen
“Todos somos hermanos, y donde hay fraternidad hay paz. Nosotros somos hijos de Dios, todos. Y nosotros, como ha dicho su eminencia (el cardenal Jean Louis Tauran), tenemos un padre común en la tierra: Abraham, y de la primera ‘salida’ de Abraham, nosotros venimos , hasta hoy, todos juntos”, aseguró Francisco, según un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Unión en la diversidad
“Nosotros somos hermanos, y como hermanos, todos diferentes y todos iguales como los dedos de una mano: cinco son los dedos, todos los dedos, pero todos diversos”, dijo Francisco.
Los superintendentes de Irak representan las poblaciones ya presentes durante todo el primer milenio en ese país. Ellos se encuentran en el Vaticano para participar a una segunda reunión del comité permanente para el diálogo establecido por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.
“Yo agradezco a Dios, el Señor, que nos ha ayudado a estar reunidos aquí. El diálogo entre ustedes, su visita, es una verdadera riqueza de fraternidad, y por esto es un camino hacía la paz, de todos. La paz del corazón, la paz de la familia, la paz de los Países, la paz del mundo”, abundó.
“Pido a Dios omnipotente que les bendiga a todos, y les pido por favor que recen por mí”, afirmó el Papa antes de la audiencia general.
Fuerza en la unión
Sucesivamente, desde la Plaza de San Pedro, luego de la tradicional catequesis, realizó un llamado por la paz en Irak. En esta línea, remarcó al riqueza de la nación iraquí que está en ser un “mosaico que representa la unidad en la diversidad, la fuerza en la unión, la prosperidad en la armonía”.
Víctimas en Irak
El Papa saludó públicamente a la delegación de Irak. Al mismo tiempo, expresó su “profundo dolor por las víctimas del sangriento conflicto” y renovó “a todos la llamada a colaborar con todas las fuerzas en la protección de los civiles, como requisito imperativo y urgente”.
El pontífice exhortó a seguir a rezar para que Irak “encuentre en la reconciliación y en la armonía entre sus distintos componentes étnicos y religiosos, la paz, la unidad y la prosperidad”.
La población civil
“Mi pensamiento – continuó – está dirigido a las poblaciones civiles atrapadas en los barrios occidentales de Mosul y a los desplazados por la guerra, a quienes me siento unido en el sufrimiento, a través de la oración y de la cercanía espiritual”, sostuvo.