Colombia encontró la manera e impulsó este año el primer Banco de Hábitat de Latinoamérica Muchas empresas en Colombia buscan ser responsables e invertir económicamente en compensar aquellos impactos negativos que su industria genera diariamente en el medio ambiente. Y aunque cada año invierten grandes sumas de dinero con la intención de contribuir en la restauración de ecosistemas no se logran percibir los resultados ni ambientales ni financieros.
Es por ello que en lo que va del año 2017 se está formalizando lo que es el primer Banco de Hábitat de Latinoamérica que tiene como primer objetivo lograr que las inversiones de las empresas se vean reflejadas en el medio ambiente.
“Este proyecto consiste en un mecanismo de compensación ambiental que busca, a través de acciones de preservación, mejoramiento y restauración de ecosistemas, compensar los impactos negativos sobre la biodiversidad”, explicó Luis Gilberto Murillo, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Esta iniciativa privada que se instala en Colombia surge como fruto del trabajo conjunto del Ministerio de Ambiente, el Fondo Multilateral de Inversiones, el Banco Interamericano de Desarrollo, el grupo Terrasos SAS y algunos propietarios privados del Meta, departamento donde se encuentra el municipio de San Martín de los Llanos donde se ubican las 600 hectáreas destinadas para la conservación y restauración.
Cuidando la casa común
Este primer Banco de Hábitat para Latinoamérica es un signo esperanzador ante tanta destrucción desenfrenada de los recursos dados para que sean bien administrados.
Ya el Papa Francisco en su Encíclica “Laudato Si” exhortaba: “El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar. La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común. Deseo reconocer, alentar y dar las gracias a todos los que, en los más variados sectores de la actividad humana, están trabajando para garantizar la protección de la casa que compartimos.”
La solución costo-eficiente que presenta este banco para las empresas que son obligadas por ley a realizar compensaciones ambientales será más efectiva ya que los pagos han de realizarse de acuerdo al alcance de metas y cambios positivos, creando así una oportunidad de generación de ingresos para dueños de terrenos y de inversión privada en restauración y conservación de ecosistemas.
“Sabemos que en el mundo se están invirtiendo más de 8.000 millones de dólares anuales de capital privado que buscan resultados ambientales y retornos financieros y queremos abrir esas puertas en Colombia con iniciativas como estas. Nuestro propósito es replicar este banco de hábitat en el país, e incentivar nuevos mecanismos de compensación para el cumplimiento de nuestras metas ambientales”, dijo el ministro.
Cuando se cuida la casa se cuida del hombre
Con este proyecto -aparte de restaurar 130 hectáreas de ecosistemas degradados, conservar 410 más de bosque natural y disminuir los costos de compensación de las empresas en un 20%- se busca también generar más de 50 empleos lo que afianza más la esperanza de re ubicar el papel del ser humano frente a la creación y que muchas veces se olvida debido al interés de unos pocos.
Bien lo escribió Francisco en su encíclica sobre el medio ambiente: “Si tenemos en cuenta que el ser humano también es una criatura de este mundo, que tiene derecho a vivir y a ser feliz, y que además tiene una dignidad especialísima, no podemos dejar de considerar los efectos de la degradación ambiental, del actual modelo de desarrollo y de la cultura del descarte en la vida de las personas.”
Se trata pues de una solución con altos estándares que va aportar a resolver la problemática de implementación de compensaciones ambientales, garantizando el cumplimiento, la calidad, eficiencia y transparencia y aportando al desarrollo rural del país que muchas veces es el sector más olvidado y que más sufre las consecuencias de esos impactos negativos en la naturaleza que dejan de ser restaurados.
“En algunos lugares, rurales y urbanos, la privatización de los espacios ha hecho que el acceso de los ciudadanos a zonas de particular belleza se vuelva difícil. En otros, se crean urbanizaciones «ecológicas» sólo al servicio de unos pocos, donde se procura evitar que otros entren a molestar una tranquilidad artificial”, denuncia el Papa Francisco.
Finalmente, vale reconocer la gestión de las entidades involucradas en este proyecto que ha demostrado, en varios países, hacer más eficientes los procesos de compensación ambiental puesto que facilitan su cumplimiento a través de proyectos de desarrollo y propician el control y la vigilancia por parte de las autoridades ambientales.