La joven pareja decidió vender los anillos para poder dar de comer a sus hijosQuizá has ya oído hablar de esta historia pero su valor sigue resonando en estos días. Sus protagonista son una pareja de jóvenes desempleados, un sacerdote y usuarios de Facebook. Este bello y curioso acontecimiento tiene el valor añadido de la solidaridad más auténtica, en la mano extendida hacia el prójimo.
Estamos en Rovigo, Italia, donde viven Diego, 48 años, su esposa e hijos. Diego lleva desempleado desde hace cuatro, y su esposa, trabaja de vez en cuando como empleada del hogar.
Su condición económica es dramática y deciden vender sus alianzas para obtener dinero con el que sobrevivir una época. (Corriere del Veneto, 20 de febrero).
La campaña de don Gianni
Y en este momento entra en escena don Gianni Vettorello, el párroco de San Bortolo, que lanzó una campaña de donativos en Facebook para recuperar las alianzas. Indica que “no se trata solamente de restituir las alianzas a una pareja que ha tenido que privarse de ellas para sobrevivir sino de restituir la dignidad y la autoestima a una familia que corría el riesgo de perderla”. (Rovigo Oggi, 20 de febrero).
Solidaridad sin límites
De esta acción del párroco surgió una ola solidaria a través numerosos donativos procedentes de toda Italia, incluso de algunas familias víctimas del terremoto de Abruzzo.
¿El resultado? Se recaudó la cantidad de dinero suficiente para que la pareja pudiese comprar los símbolos de su amor eterno. Cuando quisieron recuperar sus alianzas en el comercio de “compro de oro” donde las habían entregado, se encontraron con una sorpresa poco agradable: los anillos ya habían sido fundidos. (Adn Kronos, 20 de febrero)
Pero don Vettorello no se dio por vencido y finalmente compró dos nuevas alianzas que ahora brillan ya en el dedo de los jóvenes esposos.