Gran victoria del movimiento contra el abortoEs el tercer palo que propina el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a los promotores del aborto y, en especial, a Planned Parenthood (PP). Pero éste repercutió fuertemente en su país.
A puerta cerrada
Los otros dos habían prohibido el financiamiento con fondos federales de organismos pro-aborto allende las fronteras de la Unión Americana y el segundo, el retiro de dinero estadounidense al Fondo de Población de Naciones Unidas, por su respaldo al aborto forzado en China.
A puerta cerrada, cosa bastante inusual en este presidente altamente mediático, Trump firmó el pasado jueves 13 de abril una nueva resolución que permite a los estados de la Unión Americana restringir el uso de fondos federales para servicios de contracepción y salud reproductiva.
La medida –como las otras dos– fue muy bien recibida por los opositores del aborto y por las organizaciones pro-vida de Estados Unidos y corresponde a una de las promesas de campaña de Trump, misma con la que se echó al bolsillo a millones de estadounidenses, preocupados por la extensión del aborto en todo el país.
El voto de Pence
En este sentido, uno de los que poco o nada apoyaron a Trump en su campaña, el Republicano y actual presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan, elogió la acción llamándola “una gran victoria para el movimiento contra el aborto”.
La norma regulatoria que había puesto en marcha la administración del Demócrata Barack Obama, prácticamente obligaba a los 50 estados a financiar a PP, organización líder en contracepción y en abortos en el país y en muchos sitios del extranjero.
La resolución fue aprobada por las dos Cámaras del Congreso y revierte la regulación que había sido aprobada por el ex presidente Obama a partir de la cual los fondos federales (conocidos como “Títle X”) que iban a PP en los estados, no podían ser bloqueados por éstos.
En una apretada contienda, la iniciativa fue aprobada en el Congreso con ayuda del vicepresidente Mike Pence, quien votó a favor de la medida el 30 de marzo pasado, dando a la mayoría Republicana el voto que necesitaba para superar el rechazo demócrata con un resultado de 51 a 50 votos.