Una historia que surge mientras en el país sudamericano se debate la baja de la imputabilidad penal Lo buscaron, le preguntaron por qué, lo escucharon, le aceptaron el pedido de disculpas, y lo abrazaron. Aún en medio del dolor más grande que se puede imaginar, los papás de Lucas Vega perdonaron a quien semanas antes había asesinado a su hijo. El asesino tenía 15, estaba alcoholizado y drogado, y provenía de una casa con violencia familiar. Esa noche de 2011 quiso robarle a Lucas, de 18, pero Lucas no tenía nada material de valor. Y le quitó la vida.
“Como nosotros, que le enseñamos a otras personas a que si algo les sucede en la vida tienen que perdonar, como no lo íbamos a llevar a la práctica. Gracias a Dios pudimos hacerlo y hoy verdaderamente vivimos en paz”, relató al portal tn.com.ar Daniel Vega, padre de Lucas, quien es pastor evangélico.
Para Daniel, “perdonar no es olvidar, es quitarle el peso de la culpa a una persona ¡Cómo me voy a olvidar que un joven de 15 mató a mi hijo! A pesar de eso, no tenemos nada contra él. Ojalá pueda rehacer su vida”.
La familia Vega impulsó tras el fallecimiento de Lucas un hogar socieducativo para la reinserción de jóvenes con problemas penales y en algunos casos de adicciones. Los primeros años lograron resultados asombrosos, con jóvenes que pudieron reinsertarse familiar y socialmente gracias al trabajo del hogar.
Sin embargo, problemas con el Estado Provincial, según denunció Daniel, terminaron por desplazarlo el año pasado de la institución que había fundado en honor de su hijo.
La historia de Daniel trasciende en días en los que Argentina se debate la baja en la edad de imputabilidad, de 16 a 14 años. Sobre todo a partir del presunto asesinato de un adolescente de 14 años a manos de otro de 15 que intentaba robarle, a finales del año pasado. Para la justicia argentina, el adolescente a esa edad no es imputable, y ya dejó el país.