La Iglesia reconoce que Jacinta, su hermano Francisco y su prima Lucía testimoniaron las apariciones de Nuestra Señora, en Fátima, en 1917.
Jacinta y su hermano murieron pocos años después de las apariciones. Ellos fueron víctimas de una fuerte gripe neumónica que asoló y causó muchas muertes en Portugal a partir de 1918. También esas muertes tan precoces confirmaban palabras de la Virgen que dijo que los llevaría pronto para el cielo.
Con la enfermedad avanzando y la salud en franca decadencia, la pequeña Jacinta Marto fue llevada a Lisboa al inicio de 1920, para ser internada en el Hospital Dona Estefanía. En ese hospital ella falleció el 20 de febrero.
En su ida a Lisboa, cuando pasó cerca de un mes en la capital, la pequeña vidente estuvo 12 días en el "Orfanato de la Señora de los Milagros", en la calle de la Estrella, nº 17, y que hoy fue transformado en una casa de religiosas de clausura: Monasterio del Inmaculado Corazón de María, de las Hermanas Clarisas.
Todo como Jacinta dejó
El cuarto usado por Jacinta conserva la configuración original y allá aún son conservados varios objetos personales de la vidente: un vestido, un rosario, una bolsa y algunas cartas recibidas por ella.
Allí se encuentran, en el mismo lugar, la cama en que dormía y la silla donde, según la pastorcita de Fátima, se sentaba Nuestra Señora cuando venía a conversar con ella.
"La comunidad religiosa siempre buscó que el espacio se mantuviese lo más simple y pobre posible, para que fuese un espacio que invitase a la oración y no apenas a una visita cultural", explicó la Hermana Rita.
Jesús escondido
Hoy en día, el Monasterio del Inmaculado Corazón de María es bastante buscado por personas y grupos "que piden para conocer, visitar y para rezar en los espacios" habitados por la beata Jacinta, que, en varias ocasiones, se sentaba junto a un pórtico próximo del cuarto, que daba a la capilla anexa al orfanato, para rezar al "Jesús escondido".
A pesar de que la presencia de Jacinta Marto en Lisboa es todavía poco conocida, la Hermana Rita subraya que la búsqueda de visitas ha aumentado, sobre todo por el testimonio personal de cada uno que allí fue y rezó.
Crecimiento de visitas
Ha habido un visible aumento del número de personas que buscan el monasterio para visitar los lugares donde Jacinta vivió sus últimos días. Y este crecimiento ha aumentado: "O porque las gracias fueron obtenidas, o porque aquí encontraron un tesoro y quieren con otros... Este acaba por ser el puente", destaca hermana Rita.
Con la aproximación de las celebraciones del centenario de las apariciones de Nuestra Señora en la Cova de la Iria, que tendrá lugar en los días 12 y 13 de mayo y con la canonización de Jacinta y Francisco Marto, se dará un gran impulso a un mensaje de Fátima que "continúa actual" en la sociedad.
El hecho de que el Papa participe en las conmemoraciones en Portugal, sin duda, va a "traer grandes frutos de renovación espiritual para la Iglesia católica y para la sociedad". (JSG)
Artículo originalmente publicado por Gaudium Press