Constantemente hay situaciones en nuestra vida que necesitan discernimiento. ¿Qué trabajo debería aceptar? ¿Qué casa debería comprar? ¿Debería casarme con mi novio? ¿Dios me está llamando al sacerdocio? ¿Cuántos hijos nos llama Dios a tener?
La lista es interminable y hay otras muchas grandes preguntas en ella. Montones de decisiones menores, más abundantes, que hemos de hacer todos los días también son difíciles.
¿Qué deberíamos hacer en situaciones así?
La Iglesia siempre ha sugerido recurrir a la Santísima Virgen María cuando encontramos desafíos de este tipo.
En la antigua Letanía de Loreto descubrimos que a María se le llama “Trono de la Sabiduría”. Porque se la considera una de las criaturas más sabias de la obra de Dios.
La historia de la Madre del Buen Consejo
Además, en esa misma letanía, el papa León XIII añadió el título “Madre del Buen Consejo” tras un milagroso giro de acontecimientos fuera de Roma.
Lo explica la Enciclopedia Católica:
La devoción sigue viva
La milagrosa imagen continúa allí hasta el día de hoy, aunque la mayoría de la iglesia fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial.
Se continúan atribuyendo milagros a Nuestra Señora del Buen Consejo, tanto en el santuario como por todo el mundo.
La fiesta de Nuestra Señora del Buen Consejo es el 26 de abril.
Las decisiones de María
La misma Santísima Virgen María tuvo que tomar muchas decisiones difíciles durante su vida.
Por ejemplo, no hay más que mencionar la Anunciación, cuando el ángel Gabriel acudió a ella para anunciarle que sería la madre del Hijo de Dios. Nadie le obligó a hacerlo y ella decidió libremente aceptar la voluntad de Dios.
¡Qué pequeñas parecen nuestras decisiones en comparación a las suyas!
En honor a Nuestra Señora del Buen Consejo, el papa Pío XII compuso una poderosa oración que evoca su intercesión ante los que afrontan decisiones difíciles.
Si necesitas un poco más de ayuda celestial para tomar una elección, prueba a rezarla:
Oración
Virgen Santa:
movidos por la dolorosa incertidumbre que experimentamos
en la búsqueda y adquisición de la verdad y el bien,
nos arrojamos a tus pies y te invocamos bajo el dulce título de Madre del Buen Consejo.
Te imploramos:
ven en nuestro auxilio, durante nuestra estancia terrenal,
en estos momentos en que la pareja de la oscuridad del error y el mal
trazan nuestra ruina descarriando las mentes y los corazones.
Trono de la Sabiduría y Estrella del Mar,
ilumina a las víctimas de la duda y del error
de modo que no puedan ser seducidas por el mal que se disfraza como bueno;
fortalécelas contra la hostilidad y las fuerzas de corrupción de la pasión y del pecado.
Madre del Buen Consejo,
obténnos de tu Divino Hijo el amor a la virtud y la fuerza para elegir,
en situaciones dudosas y difíciles,
el camino acorde a nuestra salvación.
Sostenidos por tu mano haremos este viaje de tránsito terrenal sin daño
a lo largo del sendero enseñado por la palabra y el ejemplo de Jesús nuestro Salvador, tras el Sol de la Verdad y la Justicia en libertad y seguridad
a través del campo de batalla de la vida
bajo la dirección de tu maternal Estrella,
hasta que finalmente lleguemos al puerto de salvación
para disfrutar contigo la paz eterna y pura.
Amén.