Construcciones que coinciden con una época de fascinación por la conquista del espacio La ciudad de Bogotá, en Colombia, es una de las más ricas en cuanto a patrimonio religioso del país. Este hecho queda de manifiesto con tan solo recorrer algunos kilómetros a lo largo y ancho del lugar donde uno de los mejores exponentes son las iglesias, que las hay de todo tipo: coloniales, republicanas y modernas, por ejemplo.
Con respecto a esto último, un aspecto que fue recogido recientemente por un reportaje elaborado por BBC Mundo tiene que ver con algo que le ha dado identidad al lugar: las iglesias modernas con forma de cohetes o nave espacial.
Para ello, el trabajo hace referencia a la explicación de un libro publicado recientemente: “Arquitectura sublime: el patrimonio religioso de Bogotá”.
“Las transformaciones sociales, políticas y económicas a partir de los años 30, el desarrollo urbano de las ciudades, las influencias culturales foráneas, sumadas a la búsqueda de una identidad arquitectónica propia y a las posibilidades que ofrecían los nuevos materiales, hacen que, dejado paulatinamente el historicismo propios del período republicano, se pretenda una imagen y una espacialidad decididamente ‘moderna’ para las iglesias, que hacen parte de los nacientes barrios de una ciudad en permanente expansión”, indica uno de sus párrafos.
Una de las principales características de estas iglesias modernas, gran parte construida entre los años 1930 y finales de 1960, momento de gran fascinación por la conquista del espacio, tiene que ver con sus arcos parabólicos, que son a la vez paredes y techos, prosigue BBC Mundo.
En cuanto a los mejores exponentes de esta maravilla arquitectónica se encuentra la capilla de los Santos Apóstoles, del colegio Gimnasio Moderno, ubicada al norte de la ciudad.
La construcción data del año 1954 a manos del arquitecto Juvenal Moya, quien también fue protagonista de otras iglesias con arcos parabólicos en el país, destaca BBC Mundo.
El mismo estilo, con bóvedas parabólicas, fue utilizado por arquitectos como el también colombiano Jorge Gaitán Cortés, entre otros.
Y la lista de iglesias puede continuar. Por ejemplo, la iglesia ubicada en el Colegio Femenino Mercedes Nariño (también de Moya). La capilla Nuestra Señora de la Estrella, de la Universidad de Salle, así como la iglesia de Jesucristo Redentor en el Cantón Norte del Ejército podrían seguir engrosando el listado.
Otro aspecto positivo de este tipo de construcciones tiene que ver con los costos, que por las características y materiales utilizados hace que no sea tan elevado, algo que de alguna manera también ha permitido que el auge haya sido dinámico.
En tanto, uno de los grandes precursores de estas construcciones, y quien inspiró de alguna manera a Moya en Colombia, es el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer. Una de sus principales creaciones es la capilla de San Francisco de Asís en Belo Horizonte.
Según concluye BBC Mundo, se dice que Niemeyer encontró inspiración en el devoto poeta francés Claude Claudel: “Una iglesia es un hangar de Dios en la Tierra”. Frase que también puede oriental un poco más la respuesta a la interrogante inicial de por qué tantas iglesias en Bogotá tienen forma de nave espacial.