Un millón de personas suelen acercase por año a sus pies a pesar del abandono y las falencias del lugarSe trata de un Cristo inmenso, majestuoso. Una imagen de colosales dimensiones (34.20 metros sin contar el pedestal que mide 6.24 metros), incluso superiores a las del famoso Cristo Corcovado en Río de Janeiro en Brasil (30 metros) y solo superada por la de Cristo Rey de Swiebodzin en Polonia (36 metros).
Su nombre es Cristo de la Concordia y desde la colina San Pedro a más de 250 metros sobre la ciudad abraza a los pobladores de Cochabamba.
Empezó a construirse en el año 1988 a cargo de un grupo de feligreses de esta localidad boliviana con motivo de la visita del Papa Juan Pablo II. Sin dudas, por mucho tiempo el principal centro de atracción turística de la región y representación de la hospitalidad de los locales.
Sin embargo, desde hace tiempo este símbolo de la ciudad ha sido relegado y limitado en cuanto a proyectos turísticos debido a que no es propiedad del municipio, consigna Los Tiempos de Cochabamba.
Debido a esto, las inversiones son mínimas, las luminarias para iluminar la imagen por la noche están guardadas gracias a su consumo de energía. El actual presupuesto, a cargo de una comisión, solo da para pagarle a dos serenos que al mismo tiempo se han convertido en testigos de las falencias.
Por ejemplo, tal cual cuenta uno de ellos, Freddy Terrazas, quien afirma a Los Tiempos que siempre hay basura en el lugar. “Pese a que hay varios basureros por todo el lugar, la gente no los utiliza (…) La gente no es muy cuidadosa, ensucia y no preserva el lugar como debería”, expresa.
A pesar de ello, los turistas no lo abandonan y para llegar a sus pies son capaces de recorrer varios tramos a pie, pues el otro atractivo del lugar, el servicio de teleféricos, tampoco está en funcionamiento.
“Siempre que venía de visita a Cochabamba quería conocer el Cristo, pero no se daba la oportunidad. Soy católica así que siempre quise hacer realidad este deseo y ahora lo logré, es emocionante. Me parece espectacular. Hubiera querido subir por el teleférico, pero tendrá que ser en otra ocasión. Voy a bajar por las gradas para ver cómo es el paisaje y demás”, dijo una de las tantas turistas a Los Tiempos.
Proyectos en la mira
Esta situación no deja de generar preocupación en las autoridades y como punto a favor para el futuro de este Cristo está la contemplación de algunos proyectos para que la Alcaldía se pueda hacer cargo del tema. También se contemplan algunas ideas de mejora con respecto a miradores, restaurantes, baños, pozos de agua, reforestación reconstrucción de las gradas, ente otras, indicó a Los Tiempos el secretario de Desarrollo Sostenible, Eduardo Galindo.
Entre los argumentos esgrimidos para la postergación de los proyectos Galindo puntualiza que los Juegos Odesur, evento deportivo que se desarrollará en 2018, han apretado los presupuestos de la gestión. “Sabemos que en esas fechas, el Cristo de la Concordia también será el lugar más visitado y debe estar en las mejores condiciones para recibir a los turistas”, confirma.
Según algunas estimaciones, aproximadamente un millón de turistas visita este Cristo por año.
De momento, mientras todo esto pueda concretarse, el Cristo de la Concordia seguirá ahí, en los más alto de la colina de San Pedro, abrazando a la ciudad, saludando y conmoviendo de manera más que particular a cualquiera que llegue a sus pies.