Como el narrador de esta película, como este ángel que lo deja todo por disfrutar del amor de Marion o por lo que sea, creo que no debemos dejar un solo instante de vivirFui a Berlín a saber qué era el silencio. A tocar el silencio. A mirar las grietas en el cielo y en la tierra. A escuchar pensamientos en el metro. En los puentes y en los parques. Y a pensar en Kafka y en la muñeca. Y en Brooklyn Follies y Paul Auster.
Fui a Berlín y anduve tres días como por el pasadizo secreto de una biblioteca. Vi gente leyendo, sola o en grupo, por el centro y por la periferia, por arriba y por abajo, por la luz y por las sombras, toda así, demasiado callada, demasiado inquietante, como de ciudad extraña, sobrecargada de historia o de culpa.
Berlín respiraba silencio y a mí se me venía sin parar a la cabeza la poesía fílmica de Wim Wenders y Peter Handke, aquella poesía, a ratos en blanco y negro y a ratos en color, aquel cielo berlinés dividido, aquel mundo de muros en la mente, aquel mundo de muros dividiendo la libertad, la razón, lo humano.
Se me venía rápidamente aquella poesía, aquellos versos homéricos de cine bien hecho, de cine del que ya no se hace, aquel Cielo sobre Berlín, por el que ahora yo paseaba como un flaneur cariacontencido, con un libro o dos bajo el brazo: Atrapad la vida, de Andrei Tarkovski, y Librerías de Jorge Carrión.
Busqué wifi y vi allí mismo otra vez Cielo sobre Berlín, y me pregunté una y otra vez que quizá será verdad que la vida bajo el sol parece un sueño, y que es un alivio que nada sea inmortal, que todo llegue a un punto que se acabe, el amor, la tristeza, la belleza, y, mientras tanto, como el narrador de esta película, como este ángel que lo deja todo por disfrutar del amor de Marion o por lo que sea, creo que no debemos dejar un solo instante de vivir, de poner los pies descalzos sobre el suelo oscuro de debajo de la mesa y vivir, y no hacer nada sin alegría, que decía Joyce.
Vi Cielo sobre Berlín en Berlín y luego supe que este mismo año se cumplen tres décadas de su estreno. Treinta años de un Berlín que ya es otro y donde se han rodado luego otras películas de aquel Berlín de contrabando de máquinas de escribir, como vemos en La vida de los otros, aquella otra película filmada en esa antigua librería de Karl-Marx-Allee, aquella otra película que también hay que estar viendo siempre, sin parar, un mes y otro, este cine exquisito que importa, que fija el tiempo, que nos sirve de refugio o de cobijo bajo esta lluvia del bla, bla, bla…
Ficha Técnica
Título original: Der Himmel über Berlin (Wings of Desire)
País: Alemania
Año: 1987
Director: Wim Wenders
Guión: Wim Wenders y Peter Handke
Fotografía: Henri Alekan
Duración: 128 minutos
Género: Drama
Reparto: Bruno Ganz, Peter Falk, Solveig Dommartin, Otto Sander, Curt Bois,Hans Martin Stier, Elmar Wilms, Lajos Kovacs y Bruno Rosaz