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De familia musulmana, se bautizó y ahora explica por qué es feliz siempre

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Salvador Aragonés - publicado el 22/05/17
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“Para mí, vivir la fe católica significa vivir cada día una promesa de amor”

Jona es una albanesa que acaba los estudios de Medicina en la Universidad Católica Nuestra Señora del Buen Consejo de Tirana, capital de Albania. Es una joven muy alegre, simpática, que ha abrazado la fe católica hace poco, siendo sus padres y su familia de religión musulmana.

Su paso a la Iglesia católica le ha supuesto problemas familiares, como es fácil suponer, pero ella defiende su propia libertad, y al mismo tiempo no quiere tener problemas con sus familiares a los que quiere con todo su corazón. Por eso, nos ha pedido que no digamos su apellido ni publiquemos fotos suyas. Respetamos su deseo.

Ella ha visto en la fe católica que Dios es amor, que se entregó por todos los hombres de todos los tiempos por amor, lo que es una promesa para siempre.

Albania es un pequeño país europeo, situado entre el mar Adriático y los Balcanes. Al otro lado del mar está Italia, país que ha tenido una importante influencia cultural entre los albaneses. La mayoría de la población es musulmana. Albanesa es una mujer universal admirada por todos creyentes y no creyentes: santa Teresa de Calcuta, nacida y bautizada como Agnes Gonxha Bojaxhiu.

Jona estuvo en Barcelona hace poco como participante del Simposio Europeo que se celebró en esta capital preparatorio del sínodo mundial de obispos que se reunirá en 2018  y tratará de “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. En Barcelona participaron unas 200 personas entre obispos y responsables de pastoral juvenil, escolar, universitaria, vocacional y catequética de las Conferencias Episcopales de Europa.

A Jona le hacemos una entrevista en exclusiva para Aleteia.

Buenos días, Jona. Usted ha estado en Barcelona para la preparación del Sínodo de Obispos. En Europa los jóvenes tienen una mentalidad relativista que contrasta con los orígenes cristianos de Europa. ¿Qué debería aportar el Sínodo para estimular a los jóvenes a abrirse más a la realidad religiosa y escuchar la voz del Espíritu?

Pienso que el nuevo Sínodo de Obispos puede cambiar actividades que la Iglesia organiza para los jóvenes. En mi opinión, es muy importante crear un nuevo formato de actividades que más interesan a los jóvenes. Digo esto porque pienso que se debe encontrar, absolutamente, una manera de acercar a los jóvenes a la Iglesia, porque solo así pueden conocer y vivir la alegría del Evangelio.

Los jóvenes de hoy se sienten un tanto marginados en la sociedad democrática, que no les da trabajo ni bienestar, una sociedad que parece que se preocupe solo del bienestar de las generaciones anteriores. Al mismo tiempo la juventud busca algo más que el bienestar material; busca también lo espiritual. ¿Cómo lo ve?

Es verdad que los jóvenes necesitan ser confortados espiritualmente, necesitan ser comprendidos y aceptados. ¡Tienen tantos sueños los jóvenes! Estos sueños son la prueba de que ellos están buscando algo más que el bienestar material, algo más profundo, algo que viene de Dios.

Conozco los problemas familiares que ha tenido usted cuando decidió tomar la fe católica. Usted decidió abrazar a Cristo, y con Él al Padre y al Espíritu Santo. ¿Podría explicar cómo ha llegado a la fe católica?

Yo he crecido en escuelas católicas desde pre-escolar, desde muy pequeñita y ahora estudio en una universidad católica. Durante estos años he conocido el bien que tiene la fe católica y siempre sentía que la Iglesia era como mi casa, a medida que pasaba el tiempo. Pasé periodos difíciles, pero la Iglesia era siempre mi casa. El Evangelio, la Santa Misa y las oraciones llegaron a ser el alimento de mi alma.

Pero a causa de algunos problemas y de la difícil mentalidad que existe en mi país, he tenido dificultades para aceptar lo que mi corazón verdaderamente necesitaba. Entendí que vivir una vida sin sacramentos no tiene sentido, era una vida que ya no me pertenecía.

Cuando decide dar el paso a la fe católica ¿cuál fue su principal motivación?

Yo rezaba, iba a la iglesia, pero no había recibido el Bautismo. La motivación final que me ha llevado a la decisión de bautizarme fue lo que he dicho antes: “Una vida sin sacramentos era una vida sin sentido”.

Los que la conocen ven en usted una persona alegre, positiva, feliz. ¿De dónde le vienen estos valores?

Para mí, vivir la fe católica significa vivir cada día una promesa de amor. Con la Cruz de Jesús nosotros tenemos una promesa de amor ¡para siempre! Una promesa hecha por el Padre para todos sus hijos. Siempre cuando hago la Señal de la Cruz recuerdo esta promesa. Jesús ha vencido a la muerte para decirnos que el amor de Dios ¡siempre vencerá! Su amor es la única verdad que vencerá.

Nosotros sabemos esto con seguridad porque Jesús mismo nos lo ha demostrado. Entonces, si realmente vivimos y abrazamos esta promesa, todos los momentos de nuestra vida estarán llenos de una alegría y un gozo verdadero y puro, un gozo que viene solo de Dios.

Toda mi alegría, positividad y felicidad vienen de Dios, de su promesa de amor, del Evangelio, de los sacramentos.

Cuando hay problemas familiares se debe vivir la caridad y el amor a todos, como pide Jesús… ¿cómo lo vive usted?

El cristiano siempre debe recordar la identidad del otro y el amor que Dios tiene para todos sus hijos. Es muy importante tener siempre presente el sacrificio de Cristo y que Él ha muerto por todos, por todos los hombres de todos los tiempos.  Y lo ha hecho para demostrar su infinito amor.

La actitud de los cristianos debe estar llena de amor y de respeto por el otro. Yo intento respetar a todos y también comprenderlos, eso sí viviendo siempre la vida que he elegido.

Albania es un país donde las religiones se recuperan después de 50 años de persecuciones por ser un estado comunista y constitucionalmente ateo. Ahora las religiones gozan de plena libertad ¿Qué podrían enseñar los jóvenes albaneses a los jóvenes de todo el mundo en el contexto religioso?

Los jóvenes albaneses han sido testigos de una fe que, a pesar de las persecuciones, ha sido viva y fuerte porque era viva en el corazón de los creyentes. Los jóvenes albaneses son testigos de una gran fidelidad que los mártires y los creyentes han demostrado en relación con su fe, con la Iglesia, y en relación con Cristo. Han muerto diciendo: “¡Viva Cristo Rey!”.

Recuerdo una frase que leí en un libro que habla de los mártires. Decía: “Estaban yendo a la muerte con una gran sonrisa en su cara, cantando alabanzas a nuestro Señor”. Es decir que nosotros, los jóvenes albaneses, podemos demostrar al mundo aquella alegría pura y verdadera que solo viene de Dios, la alegría del amor, la alegría de la promesa, la alegría de los mártires.

Una alegría, un gozo, que no se apaga ni siquiera cuando estás cerca de la muerte, incluso cuando te están torturando, una alegría que no conoce condiciones humanas, no conoce miedos porque nace y se nutre de la promesa de Dios. Ser feliz siempre porque sabes que tienes a Dios para siempre.

Uno de los problemas de los países con mayoría musulmana –no es el caso de Albania- es que los ciudadanos no pueden cambiar de religión. Sin embargo, cuando estos musulmanes llegan a Europa algunos descubren loa valores del cristianismo, que Dios es amor, y se bautizan. ¿Cómo conseguir que se respeten los derechos humanos en esos países?

El problema de los países musulmanes es un problema grande que hace sufrir a mucha gente. Pero es un problema profundo y difícil de combatir porque nace de las leyes de la sharia, es decir, de la legislación musulmana.

Lo que nosotros cristianos debemos entender es que aquellos musulmanes necesitan ayuda, amor y servicio ahora más que nunca. Ellos necesitan del Evangelio y por eso nosotros debemos ser incansables en proclamar nuestra fe gozosa y nuestro mensaje de amor.

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