Un gesto conmovedor de oración luego de obtener el campeonato mexicano Hacía 11 años que no gritaba ¡campeón! de la liga mexicana. El famoso equipo de “Las Chivas” de Guadalajara derrotó este domingo 2 a 1 a “Los Tigres” de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) el Torneo Clausura 2017 de la Liga MX, el título número 12 de liga, algo que lo consagró junto al América en uno de los clubes más ganadores de la historia del fútbol mexicano.
Sin embargo, en el momento de máxima alegría y emoción, luego de que el árbitro pitara el final de la gran final del torneo, un instante de silencio se apoderó del corazón de los jugadores y cuerpo técnico.
¿Qué fue lo que logró contener este grito durante unos instantes? Nada más ni nada menos que la oración. En un momento determinado el técnico argentino Matías Almeyda –quien también ha sabido de sinsabores y grandes logros junto a su querido equipo argentino River Plate- empezó a llamar la atención de sus dirigidos y a convocarlos a su alrededor.
En ese momento, todos de rodillas empezaron, a rezar y agradecer a Dios por el título obtenido, tal cual mostró Univisión. Algo similar ya había sucedido con la obtención del Torneo Apertura 2015 (Copa MX), momento el cual también hubo oración en equipo y donde Almeyda expresó sus convicciones religiosas a tan solo dos meses de haber llegado al equipo.
🇫🇷 ¡Así se festeja un Campeonato! 🇫🇷
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐#UnidosSomosCAMPEONES 🏆 pic.twitter.com/PYQgbbfubx— CHIVAS (@Chivas) May 29, 2017
“Se hizo realidad tanto esfuerzo, convicción, unión y humildad de este grupo de jugadores que entreno”, dijo posteriormente el técnico campeón.
“Una felicidad enorme, me siento completo, agradecido e iluminado por ser parte de esta maravillosa fiesta”, agregó el técnico, que con pocos meses en el club causó una verdadera revolución.
“Las Chivas” son también popularmente conocidas como “El Rebaño Sagrado” y debido a este gesto el técnico argentino se ganó el título de “pastor” para la prensa. Pero eso forma parte del folclore y los titulares deportivos.
Para muchos su actitud -eso de gritar campeón, pero antes agradecer a Dios con una oración- será recordado como un verdadero gesto de nobleza y gran ejemplo de cómo enaltecer también los momentos de alegría, máxime cuando detrás hay tanto sacrificio.