Cuando en 1940 los alemanes decidieron establecer un gueto dentro de los límites de la capital de Polonia, la iglesia de Todos los Santos estaba emplazada dentro de ese perímetro.
El párroco de entonces era el padre Marceli Godlewski. Según los cálculos, junto con el vicario de la parroquia, el padre Antoni Czarnecki, Godlewski fue capaz de salvar entre mil y tres mil judíos, aunque antes de la Segunda Guerra Mundial tuviera una perspectiva crítica hacia la gente de esta nacionalidad.
El 7 de julio, la Fundación Internacional Raoul Wallenberg (IRWF) concedió a la iglesia de Todos los Santos en Varsovia el título honorario de “Casa de Vida”. Así viene condecorando esta Fundación desde 2014 a los lugares que ofrecieron ayuda y refugio a judíos durante el Holocausto.
"Esta iniciativa trata ante todo de proteger un recuerdo de bondad y gratitud", declara Silvia Constantini, vicepresidenta para Europa de la Fundación Raoul Wallenberg.
Una parroquia en el gueto de Varsovia
El padre Marceli Godlewski, nacido en 1865, era un pastor entusiasta, activista social y editor que planeaba pasar su jubilación en Anin, a las afueras de Varsovia. Su casa en este hermoso barrio estaba casi completa y todo parecía ir según lo previsto, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial en 1939. Por entonces, el padre Godlewski era el párroco de una gran parroquia, la de Todos los Santos, en Varsovia.
Cuando en 1940 los alemanes decidieron establecer un gueto dentro de los límites de la capital de Polonia, el barrio judío más grande de la Europa ocupada por los nazis, la iglesia de Todos los Santos estaba emplazada dentro de ese perímetro. El padre Godlewski decidió permanecer en su parroquia y vivir en las instalaciones del gueto hasta su total destrucción en julio de 1942.
Se calcula que vivieron unos 450.00 judíos en el gueto de Varsovia (los arios tenían que salir de esta zona). Unos cuantos miles de judíos adoptaron el cristianismo. El padre Godlewski convirtió al catolicismo a cerca de dos mil en su parroquia. Su posición era extremadamente frágil, ya que por un lado su fe católica no les protegía de la persecución nazi y, por otro lado, eran vistos como renegados por los judíos practicantes del judaísmo. Aun así, el padre Godlewski proporcionó ayuda a todos: cobijo y asistencia para todos los necesitados.
Padre Maurycy Godlewski: rechazo del antisemitismo
Alrededor de cien personas se escondían en las instalaciones de la parroquia. El párroco, junto con el conservador, el padre Antoni Czarnecki, emitían certificados de bautismo falsos, indispensables para la supervivencia en el lado ario del muro del gueto, pasaban información de forma clandestina, establecieron una cocina que servía unas cien comidas diarias y convirtieron la casa de Anin en un orfanato, dirigido por las Franciscanas de la Familia de María (su madre superiora, sor Matylda Getter, es reconocida como ‘Justa entre las naciones’). Además, el padre Godlewski ayudó a muchas personas a escapar del gueto de Varsovia.
Entre los que deben su vida al sacerdote se encuentra el profesor Ludwik Hirszfeld, un eminente médico e inmunólogo, más tarde nominado al Premio Nobel de Medicina, quien descubrió los tipos sanguíneos AB0 y fue el primero en describir el conflicto serológico.
De esta forma recuerda el profesor Hirszfeld al padre Godlewski, a quien conocía muy bien, ya que él fue uno de los que encontraron refugio en el consistorio de la iglesia de Todos los Santos en Varsovia:
“Cuando recuerdo su nombre, me emociono profundamente. Violencia y amor en un alma. Hubo un tiempo en que fue un antisemita beligerante, combatía a los judíos en sus discursos y escritos, pero cuando afrontó las profundidades últimas de la depravación humana, rechazó sus creencias anteriores y dedicó a los judíos toda la calidez de su corazón de sacerdote”.
Según destaca Silvia Constantini, de la Fundación Wallenberg, lo más importante es qué tipo de decisiones tomamos en circunstancias particulares: ¿escogemos oscuridad o escogemos luz y actuamos valientemente para hacer lo correcto? El padre Maurycy Godlewski escogió el camino del a luz y, así, su historia no ha dejado de inspirar a las personas.
La primera “Casa de Vida” en Polonia
En 2009, el padre Maurycy Godlewski, muchos años después de su muerte (en 1945) recibió la medalla de ‘Justo entre las naciones’ de la institución Yad Vashem. El 7 de junio de 2017, gracias a su valor y dedicación sobrehumanos, se inauguró una placa en uno de los muros de la iglesia de Todos los Santos en Varsovia, donde una inscripción en inglés reza: “Este edificio sirvió como escondite para personas inocentes, perseguidas por los nazis”.
Con el prestigioso título de “Casa de Vida”, la Fundación Wallenberg rinde homenaje a los lugares que arrojaron luz en tiempos de oscuridad. Hasta ahora, hay cerca de 300 lugares con este galardón, y esta iglesia de Varsovia es la primera Casa de Vida de Polonia. Confiemos en que no sea la última, ya que hay muchas más personas como el padre Godlewski, que conservó su humanidad en los tiempos más inhumanos, arriesgando su propia vida para ayudar al prójimo.