Reflexión de Adam Zagajewski, Premio Princesa de Asturias de las LetrasEl poeta polaco Adam Zagajewski ha sido designado para recibir el Premio Princesa de Asturias de las Letras, que cuenta con una dotación de 50.000 euros.
Empezó su carrera literaria en la Polonia comunista con una poesía de denuncia política, censurada por el régimen.
Huyó a Occidente y vivió varios años en París y Estados Unidos. Ya en la democracia volvió a Polonia. Crítico, contestatario, enemigo de los populismos, ex-emigrante y ex-exiliado, y movido por sus intuiciones de poeta, que pocas veces serán sistemáticas ni vertebradas, explica al diario El País algunos detalles de su visión del mundo.
Señor Ten Piedad de Mí: la esencia de Europa
Por ejemplo, confirma que él cree que la esencia de Europa es una pieza musical: el “Señor ten Piedad de Mí” de la Pasión según San Mateo de Johan Sebastian Bach.
“Es lo que quiero que suene en mi funeral, aunque parezca cándido. Hay un mundo espiritual y la música pertenece a él”, afirma, como disculpándose.
Explica que no le gusta la poesía sentimental. Cuenta que los poetas y los filósofos a veces chocan, que la poesía debe decir cosas sin decirlas al mismo tiempo y que detesta cuando los poemas son meros juegos linguïsticos.
“Nunca me han atraído las religiones exóticas”, explica a la entrevistadora de El País sin que se le pregunte por su fe. “No soy teólogo ni mucho menos, sino un cristiano que detesta la Iglesia polaca porque se ha vuelto provinciana y chovinista. Hay quienes me consideran un poeta católico, pero es muy diferente escribir poemas que predicar. En la poesía se inventa ex nihilo [desde la nada]”.
Y añade algo sobre el poder de la poesía… al menos en los años 70 y 80.
“La poesía fue un arma muy poderosa durante el totalitarismo porque la poesía busca la verdad que consigue desmontar los subterfugios de la ideología. La poesía mató al comunismo. Ahora es mucho más difícil con el presente populismo difuso, que es una forma de semifascismo, porque la gente no respeta las palabras. Y no les importa la verdad”.
Señor, ten piedad de mí, en la Pasión según San Mateo de Johan Sebastian Bach, “la esencia de Europa”, según Zagajewski, y una buena pieza para un funeral
Erbarme dich, mein Gott,
Um meiner Zähren willen;
Schaue hier,
Herz und Auge Weint vor dir
bitterlich.
Erbarme dich!
Ten piedad de mí, Dios mío,
advierte mi llanto.
Mira mi corazón
y mis ojos que lloran
amargamente ante Ti.
¡Ten piedad de mí!