Una auditoría certifica que los 1.318 casos detectados en el último año por los obispos norteamericanos no se quedaron solo en la vía canónicaUn total de 1.318 denuncias por abusos sexuales en los que se verían afectados 1.232 personas. Es la dura cifra que recoge el Informe Anual que publica la Conferencia Episcopal de Estados Unidos desde 2002, en el que se da cuenta de forma detallada de las acciones que la Iglesia norteamericana está llevando a cabo para plantar cara a la pederastia.
Por ejemplo, el estudio certifica que toda denuncia que llegó entre el 1 de julio de 2015 y el 30 de junio de 2016 a los 191 obispados que participan en este programa, se puso en conocimiento de las autoridades civiles.
El cumplimiento de este protocolo resulta especialmente significativo en tanto que responde a la llamada hecha por Benedicto XVI a que esta lacra no solo puede afrontarse de puertas adentro, sino que se trata de un delito que ha que ser abordado por la justicia civil.
El presidente del Episcopado norteamericano, el cardenal Daniel DiNardo, subraya el trabajo que se está haciendo para que la Iglesia sea “un lugar de curación para las víctimas, así como de protección para niños y adultos vulnerables. Crear una cultura de protección y sanación implica el compromiso y la participación de todos, desde el obispo a la parroquia o al voluntario de la escuela, y todos juntos”. De hecho el estudio concreta que se ofreció apoyo profesional a 1.510 víctimas en este último curso estudiado.
Compromiso firme
Se trata de un compromiso adquirido por el clero a través del Estatuto para la Protección de Niños y Jóvenes aprobada por el clero estadounidense en 2002 y que pasa por presentar a la sociedad con toda la transparencia los datos sobre este delicado asunto que sigue preocupando a los prelados.
La máxima de tolerancia cero que están aplicando los obispos estadounidenses se ha traducido también en rigurosos protocolos para cortar las alas a los victimarios. Así, en 2016 se realizaron más de 2,4 millones de controles entre trabajadores y agentes eclesiales para verificar que no contaban con antecedentes policiales. De la misma manera, en este período, más de 2,3 millones de adultos y 4,2 millones de niños han recibido formación para detectar y denunciar cualquier señal de posible abuso en su entorno.
“Spotlight’ ayudó a poner el tema en la opinión pública”
Resulta especialmente significativo que el informe arranque con una alusión directa y el consiguiente elogio a la oscarizada ‘Spotlight’: “Ayudó a poner el abuso de menores en la mente de la opinión pública. Como ilustra la película, fueron unos pocos valientes que tuvieron el coraje de dar a conocer el escándalo de abuso sexual en la Iglesia Católica, lo que permitió que todo saliera a la luz”, relata el informe de los obispos que enfatiza cómo “solo cuando la oscuridad es llevada hacia la luz puede comenzar la curación y la reconciliación”.
A partir de ahí, los prelados norteamericanos subrayan una vez más que “como Iglesia, seguimos ofreciendo nuestro más sincero perdón por el hecho de que tal tragedia haya ocurrido y que numerosas víctimas hayan sido dañadas por aquellos en quienes confiaron”.